Flojo, muy flojo partido del Atlético en el Bernabéu donde finalmente se llevó un punto y acabó el partido metiendo al Madrid en su campo. Los primeros 65 minutos los rojiblancos fueron una sombra de el equipo que suele ser. Falto de intensidad, sin ambición y con unos problemas muy serios a la hora de sacar el balón, hubo tramos donde acumuló infinidad de ataques seguidos en los que no pudo enlazar dos pases seguidos.
Y así el Madrid, que ya rozó el gol en ,el tramo final de la primera mitad, acabó adelantándose al comienzo de la segunda mitad merced a una falta ridículamente defendida por los de Simeone. Pero a partir de ahí el Madrid que no anda sobrado de fuelle se conformó con la ventaja y se olvidó de atacar. Simeone dio entrada a Correa y a Thomas y quitó a Saúl y Torres. El partido del Niño fue una calamidad, no aportó nada en ataque ni dio ninguna facilidad ni ayuda en la salida de balón a sus compañeros, y en defensa se le vio muy poco solidario y activo con sus compañeros. Además para redondear su negro partido falló un mano a mano tirando al muñeco a los pocos minutos del gol madridista que podría haber cambiado el rumbo del partido.
Con todo esto el Atlético no se rindió y consiguió, tras una brillante maniobra de Correa para filtrar un balón a Griezmann, un empate que visto cómo acabó el partido dejó insatisfechos a los dos equipos. El Madrid se deja así dos puntos en su estadio cuando ya contaba con una victoria segura que le alejara del Barcelona y le hiciese llegar más cómodo a ese difícil duelo ante el Barcelona en dos semanas. Simeone recalcó que su equipo se fue con pesar de sólo sacar un punto, pero si se mira fríamente el partido, los rojiblancos supieron reaccionar a los peores minutos ante el Madrid de la era Siemone.