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Territorio desconocido

Durísima derrota la de ayer para el Real Madrid, que acabó el día como un traspié gracias a la victoria del Inter, pero que durante buena parte de la noche se vio prácticamente fuera de esta edición de la Champions en la fase de grupos. El resultado inesperado totalmente, más, tras una primera parte seria que no brillante del equipo, que dio paso a una segunda para el olvido, donde se evidenció todas los defectos que arrastra este equipo a lo largo de esta temporada.

El repliegue en el segundo gol del Shakhtar deja en evidencia a todo el equipo, los centrales y laterales sólo reculan en la acción sin achicar, los medios y delanteros bajan andando sin ganas del repliegue, y la jugada como no podía ser de otra manera acabó en gol. El equipo es cierto que acusó mucho el primer gol de los ucranianos, y estuvo ko durante los minutos siguientes, era algo inesperado ese tanto y el miedo a la derrota agarrotó a los blancos.

Pero Zidane tampoco ayudó, esperó demasiado a realizar los cambios cuando el equipo hacía mucho que estaba sin ideas, un triple cambio sin mucho sentido, sin tocar el dibujo y de hombre por hombre, si querer arriesgar más de la cuenta. Quedó demostrado que tiene nula confianza en Mariano al que ha puesto en estos partidos por obligación de la lesión de Benzema, y que Jovic cuenta prácticamente lo mismo, pero se salva por tener Covid y no poder ir convocado.

El Real al final tuvo suerte en el otro partido de su grupo y depende de sí mismo para clasificarse, incluso puedes ser hasta primero sin mucha carambola tras una fase de grupos en la que ha perdido dos encuentros y ah empatado otro de cinco disputados. Las cosas en liga no van mejor tras el empate en la Cerámica y la derrota ante el Alavés en casa. Ahora toca ir al Sánchez Pizjuán y recibir a Borussia y Atlético en lo que puede ser el reenganche del equipo a las competiciones o tirar las dos principales competiciones en diciembre. Zidane lo tiene muy difícil ahora mismo.

Demasiado Grande

Thomas Tüchel tiene las horas contadas como técnico del PSG tras certificar la segunda derrota en tres partidos en eta edición de la Champions. Pese a hacer una buena primera parte el equipo parisino vio como el Leipzig le pasó por encima en la segunda y se acabó llevando el partido, poniendo en peligro la clasificación del club francés. El técnico alemán, al que llegó a comparársele con Jürgen Klopp por unos comienzos de carrera similares, ambos empezaron en el Mainz, y Tüchel sustituyó al actual técnico del Liverpool en el Signal Iduna Park, parece que le ha venido grande este reto en su carrera y que va a salir tocado de este proyecto.

Sus decisiones técnicas como poner a Marquinhos de mediocentro y a Danilo de central, han sido duramente criticadas por los medios franceses, y cuando a Danilo se le preguntó, dejó claro que él siempre ha sido mediocentro, desautorizando las decisiones de su entrenador al que ya la campaña pasada le salvó el llegar a la final de la Champions (aunque recordemos que el camino que tuvo para llegar fue Dortmund, Atalanta y Leipig), pero sus malas relaciones con el nuevo director deportivo Leonardo, que no le quiere ya que fue fichado por el anterior director deportivo Antero Henrique, y estos últimos malos resultados parecen haber firmado su fin en el Parque de los Príncipes.

El PSG quiere reconducir otro proyecto que parece de nuevo abocado al fracaso, quizás el mayor de todos si no son capaces de superar la fase de grupos, y además afrontan el que puede ser el último año de este proyecto, ya que Mbappé saldrá prácticamente con total seguridad y muchos jugadores ya han pasado la edad o están en su último año de contrato como Di María. Puede que este año para el PSG sea su última oportunidad real de pelear por algo grande en Europa ya que los gigantes españoles e ingleses no parecen en su mejor momento y tan sólo el Bayern parece el rival inalcanzable ahora mismo.

Territorio desconocido

El Atlético cuajó un gran partido anoche en Moscú ante el Lokomotiv en una noche de lo más atípica para el cuadro rojiblanco, siempre acostumbrado a partidos rácanos de ocasiones pero con el botín de los tres puntos. Tuvo un 70% de posesión, algo inédito, y durante los noventa minutos se dedicó a atacar y a tratar de crear ocasiones. Y eso que se adelantó en el minuto veinte de partido, pero esta vez en vez de acularse como otras veces, continuó con su planteamiento ofensivo y de buen trato de balón. Sólo una decisión muy rigurosa del árbitro permitió al conjunto ruso empatar un partido en el que no creó ninguna ocasión sobre la meta de Oblak.

No es el primer partido que el Atlético juega de esta manera, llev encadenadas varias jornadas de buen fútbol, con clara vocación ofensiva, y esto es una gran noticia ya que hacía un par de años que no se firmaba una serie de partidos de este nivel ofensivo en el cuadro de Simeone, que lo achaca al tener que abastecer de juego a Suárez, pero que yo lo veo más al hecho de que Joao Félix ha dado ese paso adelante necesario para hacerse dueño del juego atlético.

Lo preocupante de esto, por poner un pero, es que los resultados en Champions no están acompañando como se esperaba, la dura (por excesiva sin merecerlo) derrota en Múnich se subsanó con una victoria de buen juego pero muy sufrida en casa ante el Salzsburgo que dejaba todo en su sitio, pero el empate de ayer, que visto la derrota de los austriacos tampoco es tan mal resultado, hace que los rojiblancos de ganar al conjunto ruso en el Wanda tengan medio billete de octavos en el bolsillo. Esperemos que esta sea la línea del conjunto madrileño porque así si da gusto ver a este atlético, aunque haya perdido solidez defensiva (7 goles recibidos en 3 jornadas).

A cara de perro

Real Madrid e Inter se miden esta noche en el primero de sus dos duelos consecutivos, que a priori iban a ser para dilucidar quién es el primero de grupo, pero que tras dos jornadas suman entre los dos equipos tres puntos. Tanto Shaktar como Borussia Mönchengladbach han dado las sospresas en las primeras jornadas y han dejado un grupo muy comprimido en el que puede pasar de todo y todos tienen posibilidades reales. El que a priori se presentaba como uno de los grupos más asequibles, va a resultar ser más complicado de lo esperado por el mal inicio de los equipos más potentes.

El Real Madrid no aprendió la lección de la primera jornada en la derrota en casa ante los ucranianos, y en la segunda jornada sólo un tanto in extremis de Casemiro evitó una hecatombe mayor en campo alemán. Las buenas noticias para los de Zidane es que ninguno de sus rivales ha ganó en la segunda jornada por lo que las diferencias no son grandes. Aún así el partido que se viene ante el Inter en casa es complicado, y más con el sistema de Conte de tres centrales y dos carrileros largos, un esquema difícil de atacar y que con los problemas de cara a gol que arrastran los blancos (pese a que la última jornada ante el Huesca anotara cuatro goles) se les puede volver a atragantar el partido.

El Inter por su parte viene de una mala racha de resultados en Serie A también, su último empate en casa ante el Parma también in extremis con tanto de Perisic evidenció el gran mal que arrastra este Inter, no juega mal, domina el partido y genera ocasiones pero no las materializa. Y por si fuera poco esta noche no podrá contar con su mejor artillero Romelu Lukaku. Aún así los equipos de Conte siempre compiten y el técnico transalpino querrá dejar buena imagen ante un Florentino que hasta en dos ocasiones se ha planteado seriamente su contratación. Un partido a vida o muerte entre dos históricos de la competición que no pasan por su mejor momento.

Félixcidad

Partidazo anoche del joven Joao Félix para echarse todo el equipo a la espalda y dar los primeros tres puntos vitales para el conjunto de Simeone. Su partido más completo desde que llegó el verano pasado a la capital española y en el que se vio el gran jugador que puede llegar a ser si todos ponen de su parte. Incluso cuando el partido se puso más cuesta arriba con el 1-2 a favor del Salzsburgo al primer minuto de la reanudación, no se vino abajo y contagió a todo el equipo para llevar a cabo la remontada. Tuvo todas las ocasiones de la segunda parte en sus botas, cada vez que el balón pasaba por él la jugada se aceleraba, y siempre tenía algo distinto que ofrecer. En una noche que empezaba complicada, con la obligación de ganar si o si tras la dura derrota de Múnich, y contra un equipo plagado de jóvenes desinhibidos que son tan blandos atrás como descarados en el ataque y que salen como balas en cuanto roban un balón. El tanto de la victoria llegó además a falta de cinco minutos para el final para poner más épica a su actuación y para dejar claro que junto a Carrasco y Llorente son los imprescindibles de este equipo a día de hoy. Necesitaba además el menino un partido como el de ayer, para asentarse de verdad, ver que es capaz de hacer estos partidos en una competición como la Champions, y que si él quiere y le encuentran el Atlético sabe qué jugar y no es el equipo ramplón y previsible de las jornadas ante el Huesca o Villareal. Falta corroborar estas buenas sensaciones encadenando varias buenas actuaciones consecutivas, pero ayer pareció soltar todas sus cadenas y le dejó a claro que su sitio en el campo es libre, no necesita ataduras y ya sabe leer los desajustes de las defensas y dónde puede hacer daño. Promete el nuevo Joao Félix.

Bofetón de realidad

La Champions League dejó ayer dos resultados devastadores que dejan claro lo lejos que está en esta edición el fútbol español de su mejor momento. Tanto Real Madrid como Atlético cayeron con estrépito en su debut europeo y deja muy claro que están muy lejos del nivel mostrado en los últimos años y que este año va a tocar sufrir de lo lindo en la competición continental.

Es cierto que la derrota es distinta, el Madrid dio una imagen pésima desde el inicio y perdió en su casa ante un rival muy inferior. Los primeros 45 minutos del equipo de Zidane (que se equivoca pensando que tiene una plantilla amplia y se puede permitir las rotaciones) fueron bochornosos, con un Shaktar que le metió tres pero pudieron ser cinco de haber estado más acertados. El nivel mostrado por Marcelo, Varane o Jovic es inadmisible en un club de la altura e historia del Madrid, y pese a maquillar la derrota en la segunda parte (donde el VAR anuló bien un gol en el descuento al Madrid que suponía el empate) las sensaciones del equipo blanco son muy más tras la derrota ante el Cádiz del sábado. Y este sábado van al Camp Nou donde de perder la crisis será de envergadura.

En el bando Atlético la derrota fue durísima, encajar cuatro goles no es normal con Simeone en los banquillos, pero es un marcador engañoso. El Bayern no fue tan superior como dice el marcador y el equipo rojiblanco cuajó una actuación decente, pero la falta de acierto unida a la pegada del Bayern ( cuatro goles en cinco tiros a puerta) demuestran que la plantilla del Atlético no está a día de hoy para pelear con los favoritos en Europa. El centro del campo del equipo y los laterales están muy lejos de los nombres y nivel de otros años y hacen que el Atlético sufra mucho para pelear con los equipos más en forma.

Lo bueno de estas derrotas es que los otros pretendientes de sus grupos empataron, por lo que el traspié no es tan importante y que se ha producido al inicio de la temporada para poder corregir los fallos y los problemas que todavía hay tiempo y margen para ello. Pero la sensación ya de que ningún equipo español es favorito en esta Champions no es evidente sino que después de lo de ayer es manifiesto.

Cuesta ser un grande

El PSG inexplicablemente volvió a caer contra el Manchester United como hace dos temporadas en los octavos de final, en su estadio, y dejando una imagen de impotencia y de fragilidad defensiva muy preocupante. Parecía que tras disputar la final de la Champions de la última edición los fantasmas de la barrera que tenían de octavos de final había desaparecido, pero nada más lejos de la realidad. Ayer uno de los United más flojos que recuerdo en mucho tiempo ganó en el parque de los Príncipes sin hacer ningún partidazo y sin sufrir en exceso, salvo algunos pocos tramos en la primera parte.

Y el PSG contó con todas sus estrellas Neymar, Di María y Mbappé en ataque. Pero n con esas pudieron vencer al conjunto de Solksjaer que encadena dos victorias consecutivas a domicilio ante el gigante francés. El equipo de Tüchel dio muestras de lo poca segura que es su defensa y de lo parido que esta siempre el equipo en transiciones defensivas. Con muy poco salía el United y creaba problemas serios, pero en ataque tampoco estuvieron mucho mejor. El único gol fue de Martial en propia a la salida de un córner bien defendido por el conjunto inglés.

Es pronto todavía y el PSG seguramente acabe líder del grupo, pero de nuevo deja sensaciones de que en los partidos verdaderamente importantes (el año pasado llegó a la final eliminando a Dortmund, Atalanta y Leipzig no hay que olvidarlo) nunca da la talla este equipo construido a base de talonario, no han conseguido nunca involucrar de manera clara a sus máximas estrellas y cada vez que se ve este equipo parece más un grupo de bandas que compañeros de vestuario. Se están dando cuenta que no todo es fichar jugadores a precios desorbitados y si líderes que den la cara en los momentos complicados.

No estuvieron a la altura

El PSG desperdició ayer una oportunidad para conseguir su primera Copa de Europa. Los franceses tenían muchas esperanzas en este parido ya que llegaban en buen estado de forma y por primera vez en su historia se encontraban sólo a noventa minutos de poder alzarse con el torneo por el que el jeque Al-Khelaïfi ha invertido la friolera cifra de más de mil millones, y la desperdiciaron, en parte gracias al poco acierto de sus dos máximas estrellas, que no estuvieron a la altura del partido, en especial Mbappé, que marró varias clarísimas oportunidades.

El delantero francés fue el gran protagonista del encuentro para mal, ya que todas las acciones que realizó de cara a gol las acabó mal. Tuvo dos ocasiones que no se pueden perdonar en un partido así, y en la segunda parte, Kimmich se lo comió del partido, dejándole prácticamente inutilizado. Pero Neymar, el fichaje más caro de la historia del fútbol, también pudo aportar más el equipo, estuvo mas entonado que Mbappé, participó más y tuvo más peligro, pero se marcha de esta edición de la Chmapions de Lisboa si haber marcado ni un solo gol en los tres partidos que ha disputado.

Ahora vendrá otra vez una nueva revolución más en el equipo, la marcha de Cavani, unido a la no participación de Icardi hacen pensar que el equipo deberá peinar para encontrar un nueve de garantías, además de tener que suplir la baja también de Thiago Silva, que puede subsanarse con Marquinhos de central. Tüchel tampoco anduvo muy listo en los cambios, ya que quitó a Di María, el mejor del PSG, y se dejó a Sarabia sin poner en toda la final, un jugador que entre líneas hubiera podido filtrar muchos pases al hueco para las peligrosas contras del PSG, que anoche no pudo concretar ninguna. Mucho trabajo por hacer y que de nuevo demostró que ni todo el dinero del mundo es capaz de hacerte ganar una Champions si no haces las cosas bien.

Es su competición

Que el Sevilla pasar ayer a la Final de la Europa League sólo puede explicarse con que es la competición por excelencia de los hispalenses. Ganadores de cinco títulos sufrieron ayer muchísimo las acometidas de un Manchester United que avasalló a los de Lopetegui durante la segunda parte, en especial los primeros quince minutos de la reanudación, y que llegó a perdonar hasta cinco ocasiones clarísimas de gol. Tanto Martial como Rashford como Greendwood e incluso Bruno Fernandes dispusieron de ocasiones clarísimas para volver a adelantar a su equipo pero todas acabaron de una u otra manera repelidas por un Bono que se está erigiendo en el héroe del equipo de Nervión.

Y tras aguantar el chaparrón, en la única acción de peligro del Sevilla en la segunda parte, De Jong cazó una maravilla de centro de Jesús Navas que cada año que pasa llega mejor al final de los partido, es un caso médico para estudiar lo de el de los Palacios porque no es normal. Y con ese bagaje el Sevilla vuelve a otra final de la competición, en la que no sabe lo que es la derrota, incluso ha ganado dos por penaltis, y que espera al ganador de la eliminatoria entre Inter y Shaktar sabedor que sus rivales ya le empiezan a ver vitola de equipo invencible en este torneo. Ahora quedará descansar, recuperar pilas y la mejor versión de un Ocampos que notó su equipo su poca participación, y que fue cambiado al comienzo de la segunda parte y que tiene de nuevo ganas de demostrar el gran futbolista que es. Ya se empiezan a relamer en Sevilla conscientes de que está a un sólo partido ya de hacer de nuevo historia.

La dura Realidad

El partido de anoche dejó en evidencia los grandes males de este Atlético de Madrid a lo largo de la temporada. La plantilla está falta de alguien de calidad en el centro del campo, y el equipo necesita un 9 de garantías como el comer. Diego Costa dejó claro ayer que es más un ex futbolista que alguien en activo, su participación es testimonial, y ni siquiera ya es capaz de ganar los duelos cuerpo a cuerpo. La baja de Thomas también resultó fundamental ya que nadie daba pases que cruzaran líneas defensivas del Leipzig y el Atlético era incapaz de salir de la presión alemana.

Simeone dio entrada a Héctor Herrera, que juega en una posición que no es la suya y su partido fue muy flojo, como el de casi todo el equipo. Sólo se salvó del once titular Savic y Carrasco. El belga fue el único que creó algo de peligro en la primera mitad, y asumía el reto de desbordar cada vez que recibía. Saúl volvió a ofrecer su peor versión, como casi toda la temporada muchos kilómetros recorridos pero nula participación en el juego y Koke fue de menos a más, intentando aportar algo de pausa en zonas de peligro para favorecer la subida de todo el bloque. El resultado fue un Leipzig que superó en intensidad y ganas a un Atlético que no llegó a competir salvo los diez minutos de la entrada de Joao Félix, y de nuevo con el empate otra vez volvió el conformismo.

Es una gran decepción para el Atlético el partido de ayer. La burbuja que había alrededor de favoritismo puede que haya hecho que el equipo se confiase y sacase su peor versión. Si este equipo se acomoda no gana, y ayer fue lo que pasó. Se sintió vencedor todo el partido y ni olió el balón. Es un año complicado con muchas caras nuevas, pero no es excusa para justificar el partido de ayer, sobre todo por las malas sensaciones que dejaron los jugadores en el campo. Ahora tocan días difíciles y los oportunistas pedirán la dimisión de Simeone, se bajarán de un barco al que sólo se subieron tras el pase en Anfield, y cuando vuelvan a ir bien las cosas, porque con Simeone siempre vuelven a ir bien, volverán al barco y alabarán la labor del técnico argentino. Es momento de reflexionar, de no maquillar lo de ayer que fue un fracaso mayúsculo pero no volverse loco y tirar las cosas buenas que ha dejado esta campaña, sino potenciarlas en el mercado de verano como se pueda y de nuevo este equipo volverá a hacer lo que mejor sabe hacer, volver a levantarse y competir como el que más.