España realizó anoche el mejor partido desde la llegada de Luis Enrique al banquillo, lo hizo en el momento adecuado, en el partido más vital, y frente al rival más complicado del grupo, una Alemania que pareció un juguete a manos del combinado español. El partido además se encarrilló muy pronto y pese a que acabó con un sonrojante 6 a 0 pudo ser incluso más abultado, ya que se anuló un más que dudoso gol a Morata y Ferrán, pese a su hat trick tuvo dos mano a mano ante Neuer que no resolvió bien.
Pero el partidazo de ayer no debe hacer olvidar lo irregular que ha sido esta selección durante la clasificación, la derrota ante Ucrania y el empate ante Suiza no deben caer en el olvido, y ni antes éramos tan malos ni ahora somos los favoritos. De hecho esta selección tiene buenos mimbres pero está muy lejos de las grandes favoritas ahora mismo como Francia o Portugal(contra Portugal ya quedó demostrado en el amistoso del anterior parón de selecciones).
Con esto lo que quiero decir es que no debemos caer en la euforia por este partido ya que aunque se jugó muy bien y no hay que quitar ningún mérito a la actuación de ayer, España sigue muy alejada de la regularidad necesaria para los grandes torneos. El debate en la portería sigue ahí, pese que parece que Unai Simón ha dado un salto adelante con las tres titularidades de este parón, y la figura de un nueve fijo goleador. Anoche se aprovechó del momento de racha de Morata, pero hasta el año que viene no se vuelve a concentrar el combinado nacional y habrá que ver el estado de forma de sus delanteros. Es un paso importante si, pero de ahí a sentirnos otra vez favoritos queda mucho recorrido.