Las carencias siempre salen

El Atlético de Madrid sufrió un serio revés anoche en su estadio (que inauguraba tras el cambio de nombre) en la segunda jornada liguera. Y además rompió todas las buenas rachas que tenía ante integrantes del Villareal. Emery no había ganado ninguno de sus 17 duelos ante Simeone, y Gerard Moreno no había marcado un solo gol al Atlético en 14 enfrentamientos. Ayer ambas estadísticas saltaron por los aires. Un Atlético ramplón en la primera parte, y que sólo fue de verdad a por el partido cuando se vio contra las cuerdas recuerdan los peores pasajes de la temporada pasada, donde por momentos peligró seriamente la clasificación del equipo para la Champions League.

Las sensaciones fueron malas, los cambios no fueron acertados, y el debut de Molina (que está todavía muy lejos de llenar ese lateral derecho vacante) fue desastroso, con fallo en el gol y expulsión absurda incluida. Al acabar el encuentro además hubo enfrentamientos entre hinchas y suplentes que hacían un entrenamiento al no haber jugado durante el partido. La escena de Mario Hermoso, saltando las vallas y yendo a por un hincha son bochornosas, y dejan entrever la tensión clara que hay hasta el cierre de mercado en el equipo.

Tras la engañosa victoria ante el Getafe, desde aquí se quiso hacer ver que el equipo no había hecho ese partido redondo del que todos hablaban. La carencias defensivas del equipo son alarmantes una vez más, cada vez que un equipo se acerca al área de Oblak, sólo Reinildo es capaz de mantenerse firme y contundente. El primer gol de ayer es una muestra más de las facilidades que da un equipo que otrora era inexpugnable. Este partido no obstante puede ser sólo un toque de atención a tiempo (estamos en la segunda jornada) o un aviso de lo que espera al equipo. Veremos la reacción del equipo ante esta decepción fuerte.

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