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Así es muy difícil

Tres puntos vitales para el Atlético en su visita a Eindhoven para el objetivo de la clasificación al top 8 de esta edición de la Champions, pero que no esconde las dificultades de los rojiblancos fuera de casa para sacar adelante partidos. Pese a tener tramos de encuentro muy buenos y gozar de una ventaja de hasta dos goles, se vio con el agua al cuello al final y casi le empatan en la última acción. No da con la tecla Simeone fuera de casa, tras las dolorosas derrotas ligueras ante Barcelona y Athletic a domicilio que le han alejado de la lucha por la liga cuando había recortado puntos a los de arriba en las últimas semanas merced a las seis victorias seguidas ligueras.

Lo de ayer fue victoria balsámica y necesaria, pero que no aleja los fantasmas que sobrevuelan al equipo cada vez que sale de casa y que le están haciendo perder la lucha por todas las competiciones. El desangrado fuera de casa en la liga doméstica es evidente, solo cinco victorias en todo el año 2025 es un bagaje pobrísimo para las aspiraciones de este equipo, y en Champions ayer fue la primera victoria de la temporada fuera (si bien es cierto que las dos salidas anteriores habían sido ante Liverpool y Arsenal) que le da aire y energía para el objetivo de entrar entre esos ocho primeros equipos para saltarse el cruce de dieciseisavos y evitarse un doble duelo de desgaste.

Muchas notas y muchas cosas a corregir en un equipo que si bien supo remontar en un arrebato de rebeldía del equipo y dos goles en cinco minutos que hicieron mucho daño a los holandeses, no supo luego resguardarse con una ventaja cómoda y pidió la hora en más de una ocasión. Saber jugar con el marcador es muy importante en los duelos fuera de casa, y más en Europa, donde los equipos no perdonan y los errores se pagan muy caros. Esta noche la moneda salió cara, pero hay que quedarse con los aspectos a mejorar para que no sea novedad y se convierta en algo habitual el sumar de tres fuera.

Momento de reengancharse

Partido clave en las aspiraciones del Atlético en esta Champions, tras haber sacado sólo tres puntos de los nueve disputados. Es cierto que el calendario de inicio de competición no fue nada amable con los colchoneros, con dos salidas complicadísimas, ante Liverpool y Arsenal que se saldaron de vacío para las arcas rojiblancas. Ahora los restantes cinco partidos de competición deben saldarse con victoria a priori de los de Simeone para poder soñar con estar arriba y pelear incluso por entrar en el top 8 que salva la primera eliminatoria de dieciseisavos. Por capacidad y por favoritismo puede sacar esos quince puntos que restan, salvo el partido ante el Inter en el Metropolitano, que debe ganar también según está jugando el equipo en casa, el resto son partidos que es bastante superior a sus rivales.

Pero este formato de Champions trae muchas sorpresas y los favoritos no están fallando como el año pasado, los Bayern, Madrid, PSG, Barça o City ya están encaminando sus clasificaciones y ya están en el top 8, lo que deja pocos huecos par a el resto de contenders que tendrán que luchar por las dos últimas plazas de ese privilegiado top 8. El Atlético cuenta además con el handicap del golaverage, el 4-0 en el Emirates fue doloroso y deja además un problema añadido en caso de empate de puntos con el resto de equipos que debe de subsanar desde hoy, es cierto que el 5-1 al Eintracht alivia un poco esto, pero aún así necesita hoy empezar a sacar ventaja en ese aspecto también.

El rival de hoy es una cenicienta por nombre y experiencia, pero que por jugadores y resultados no lo es tanto, ya el PSV sufrió un 1-3 a manos del campeón de la liga belga que lleva varios años haciendo muy bien las cosas y compitiendo en Conference y Europa League y tras ganar la liga el año pasado ha dado el salto a la mejor competición y no está acusando el salto de categoría, está compitiendo muy bien y pese a ser derrotado por el Inter en la anterior fecha, compitió bastante bien. Compartir dueño con el Brighton donde se están haciendo muy bien las cosas se está notando y el equipo ha crecido una barbaridad estos últimos años (llevaban 90 años sin ganar la liga doméstica). Aún así el Atlético debería dar un golpe sobre la mesa, golear y empezar a encauzar una clasificación donde pese a las dos derrotas el equipo va en la ruta marcada de principio de sorteo, sólo se podía dejar puntos en las visitas a tierras inglesas, ahora toca cumplir en casa.

Otro poltergeist

Aunque la historia parezca la misma de todas las semanas cuando juega fuer de casa, el Atlético cuajó un buen partido (al menos hasta el minuto 65), llegando incluso a dominar ciertos momentos del partido, pero se vuelve a casa con otra derrota más. La tónica es la misma, sea por lo que sea en cada partido fuera de casa, se vuelve sin victoria, y ya son 6 partidos esta campaña de vacío (3 empates y 3 derrotas en el registro). Un bagaje muy pobre para un equipo que debería aspirar a mucho más y que no está cumpliendo las expectativas fuera del Metropolitano.

Las excusas se acumulan, es verdad que el primer gol del Arsenal viene precedido de una falta inexistente, pero siempre pasa algo en los partidos lejos de Madrid que hacen que el equipo se venga abajo y pierda puntos como tónica habitual. Si bien el Arsenal es un equipazo, líder indiscutible de la Premier y con pleno de victorias en Champions, el cómo se desarrolló el partido hace que quede un regusto amargo en la hinchada rojiblanca, que se vio capaz de superarle en muchos tramos del partido, merced a dos ocasiones clarísimas de Julián Álvarez.

Pero lo que si que no es de recibo son los 7 minutos donde los rojiblancos recibieron 3 goles de manera casi consecutiva en una competición con una liguilla donde el golaverage cuenta mucho y que por dejarse ir así en un partido ya les costó la clasificación en el Mundial de Clubes a los rojiblancos. Esa lección no parecen haberla aprendido dejando una imagen muy pobre de equipo vencido y con los brazos caídos que hace que el resultado sea demasiado abultado para los méritos realizados.

Bien es cierto que una derrota por un gol o por cuatro son cero puntos igualmente, y es a lo que tiene que agarrarse el Atlético que este Lunes visita el Benito Villamarín en la prueba definitiva fuera de casa donde ya no caben excusas, no se pueden cometer tropiezos ya que además se juega el Clásico esta jornada y es el momento perfecto de recortar puntos a uno o a los dos contendientes dependiendo del resultado en el Bernabéu.

Ni compitió

Como ya se aventuraba en la previa del partido entre Real Madrid y City, el equipo de Ancelotti aplastó sin piedad a los citizens, con mucha superioridad y contundencia, quizás incluso más de la esperada, y sin que el City diera en ningún momento la más mínima señal de poder revertir la situación. Tanta fue la tranquilidad, que ya en el minuto 3 de partido los bancos iban por delante en el marcador merced a un nuevo despropósito defensivo que se une a la gruesa lista de este año (están cerca de ir a uno por partido).

Ya se intuía en la previa, con la baja confirmada de Haaland, que los de Guardiola no iban a producir mucho peligro. Pero lo más preocupante quizás fue la actitud, se veía a un equipo sin alma, que estaba en el verde por estar, no creía en ningún momento en sus posibilidades, y que llegó hasta a dar lástima en ciertos momentos persiguiendo sombras y recogiendo pelotas de su red. Una sombra del equipo que fue y que por más que ha invertido dinero en esta ventana invernal, no parece que haya cambiado mucho el rumbo en los partidos importantes y que de seguir así va a sufrir para entrar de nuevo en la Champions el año que viene.

Todo se achaca casi exclusivamente a la baja de Rodri Hernández, pero es imposible que un equipo tenga este bajón de un año a otro solamente por la baja de un jugador, quizás el mejor o más importante, pero al fin y al cabo es solo uno. Guardiola ha vuelto a demostrar que es un técnico que si no tiene a los mejores jugadores no sabe competir en partidos en los que no está en ventaja, no sabe ganar si no tiene la mano ganadora en cuanto a fichas y eso es algo que hay que achacarle, tiene una plantilla para competir al Real Madrid, quizás no para ganarle la eliminatoria, pero si para haber competido de verdad y no haber hecho un paripé extraño que es lo que ha sido este cruce de dieciseisavos.

Las cosas claras

Lo que ocurrió en el sorteo del Lunes es un auténtico bochorno, un sorteo adulterado, nadie asume ningún tipo de responsabilidad, se achaca a problemas con un software, y queda esa duda de adulteración constante que persigue a esta institución. La prensa española lo denunció de manera implacable, mostrando su clara indignación, pero no porque a dos equipos españoles les habían adulterado su sorteo, sino porque al Real Madrid le iban a cambiar su emparejamiento ante el Benfica. Dejando claro que el resto de participantes españoles en esta competición no importan, son meras comparsas para ellos.

Que el Real Madrid ha tenido mala suerte en el segundo sorteo es obvio, que la chapuza por parte de la UEFA con las bolas es mayúscula también lo es, pero lo grave no es cambiar el emparejamiento del Madrid, lo realmente grave es que tanto al Villareal como al Atlético les realizaron un sorteo ilegal y adulterado, que lo tuvo que denunciar el club colchonero porque en principio se daba por válido en primera instancia, y salvo el Real Madrid (empeñado en que no se repitiese el sorteo primero, y en que no se repitiese su sorteo después) el resto de clubes asumieron con lógica que el sorteo debía repetirse.

Los nuevos emparejamientos cambian totalmente el panorama visto en el primer sorteo, el Atlético salió claramente beneficiado (todo lo que no fuera el Bayern que ya le había tocado era mejorar), el Villareal también cambiando el City por una Juventus en claro declive esta temporada, y el único que de verdad sale mal parado es un Real Madrid que se enfrentará a un PSG que era el coco a evitar junto a Chelsea por los primeros clasificados. Pero una vez asumido tenemos el partido más esperado por el mundo del fútbol para Febrero, y eso no hay Superliga que pueda competir con ello.

El muro de Europa

EL sábado en Anfield el Chelsea de Tüchel volvió a dar una exhibición de poderío defensivo que reafirma al Chelsea como principal favorito a revalidar la Champions que ya conquistó hace tan solo unos meses en Oporto. La última jugada del primer tiempo significó el penalti por mano de Rice James y su consiguiente expulsión dejando un panorama desolador para el equipo londinense con 45 minutos por delante con uno menos y ante el Liverpool en Anfield.

Pero lejos de ser una tortura, el equipo blue aguantó el partido perfectamente con una nueva exhibición defensiva de un equipo que parece realmente imbatible en defensa. La solidez mostrada por los tres centrales maniató a los atacantes del Liverpool que pese a tener un hombre más y toda la posesión, no estuvo cómodo en ningún momento ni tuvo ocasiones especialmente claras, lo que da muestras del nivel del equipo blue, pese a que acabaron con toda la artillería en el campo.

Ahora mismo sigue siendo el equipo más fuerte defensivamente de Europa, con un sistema casi impenetrable y al que avalan los números conseguidos desde que el alemán aterrizó en Stamford Bridge. Físicamente son insuperables y arriba aprovechan las oportunidades generadas convirtiéndole en un equipo peligroso y principal candidato a todo este año. Y parece que ya ha comenzado como lo dejó la temporada pasada, no necesita puesta a punto.

Arbitraje impecable

No soy un gran fan de los árbitros españoles, creo que está muy lejos de la media, que se ha ido mejorando con los jóvenes que están legando a primera división, pero igual que les critico y analizo sus fallos, creo que lo justo es alabar cuando lo hacen bien. Y no hay mejor escenario que la final de la Champions para realizar un arbitraje impecable como el que hizo Mateu Lahoz, y que desgraciadamente ningún periódico recogió. Igual que si hubiera cometido algún fallo determinante sería portada por el mal trabajo realizado, creo que lo justo sería haberle reconocido un gran trabajo durante los noventa minutos que arbitró en Oporto.

Hacía muchos años que un árbitro español no pitaba una final del máximo torneo internacional, y el listón lo ha dejado muy alto. Grandes tomas de decisiones, diálogo distendido con los jugadores explicando su versión (cosa que se agradece mucho más que árbitros chulescos a los que uno no puede dirigirse). No hubo ninguna jugada excesivamente polémica, y la poca controversia que hubo acertó en su decisión inicial, lo que habla muy bien de su concentración durante todo el partido.

Ojalá este arbitraje y este impulso sirva para que el arbitraje español de un paso adelante, mejore a nivel colectivo y sobre todo individual, y esté a la altura de la liga, que es la mejor liga del mundo. Pero es momento ahora de felicitar a Mateu y su equipo que realizaron un trabajo brillante y no se llevaron todos los focos que se merecían. Asique desde aquí le felicito y espero que siga en esta línea de aciertos y no vuelva a su época de protagonismo que tanto daño le hizo durante un tiempo.

No 9 no party

El fútbol se inventó hace demasiado tiempo con posiciones y estilos que han ido cambiando tácticamente, pero no la esencia. Es difícil pretender ganar sin un jugador que marque goles. Guardiola está obsesionado en jugar al fútbol sin delantero, y ya después de 5 cinco años de fracasos en Manchester y tres en Múnich, debería entender que en los partidos complicados, en los que el rival se cierra bien, no tener a alguien que de verdad genere peligro, que pueda rematar balones en el área, que sea capaz de marcar gol, que al final es la esencia de este deporte, se acaba pagando. Y de nuevo este sábado en Oporto en la final lo volvió a pagar. El Chelsea volvió a ganarle por tercera vez desde que llegó Tüchel en navidades, dejando claro que Guardiola no es capaz de ganar a equipos fuertes sin un delantero, por mucho que insista en que De Bruyne, Sterling o Foden puedan jugar ahí.

Todos coincidimos en el error de planteamiento del catalán, que no reaccionó con los cambios, y que en prácticamente ningún momento puso en aprietos al Chelsea. No es la primera vez que este planteamiento le sale caro. El año pasado fue eliminado en Lisboa en cuartos de final a manos del Lyon, cuando había eliminado al Madrid previamente jugando con un 9 como Gabriel Jesús, que marcó a la ida y a la vuelta. Pero insiste en una fórmula que está demostrada que no sirve, y aunque en un futuro un año consiga ganar así la Champions, debería preguntarse si mereció la pena haber perdido tantos partidos y eliminatorias por esa cabezonería. Se puede ser un entrenador influyente, con cambios tácticos sin descompensar el equipo, y ese ejemplo lo tenía en frente con Tüchel, que le ha ganado la partida de manera clara.

Eliminatoria para olvidar

Malísima eliminatoria la que ha protagonizado el Atlético de Madrid en los octavos de la Champions League ante el Chelsea. Ha sido superado en todo por le conjunto inglés que de la mano de Tuchel parece otro equipo totalmente diferente al que deambulaba sin espíritu ni plan con Frank Lampard. Desde el partido de ida el equipo de Londres fue muy superior y tuvo un control aplastante sobre la eliminatoria. Desde la llegada del técnico alemán, no ha perdido ningún partido y sólo ha recibido dos goles en trece partidos, lo que indica el buen trabajo que va realizando el técnico bávaro.

Por su parte Simeone no tuvo grandes reacciones como en otras eliminatorias, el cambio de Suárez al poco de comenzar la segunda parte confundió y mucho al equipo y las decisiones de que no jugara Lemar desde el inicio condicionó mucho el juego del equipo, intentó imponer físico en el medio con la entrada de Saúl, pero a la hora de salida de balón el equipo no tuvo ideas y el Chelsea recuperó muy fácilmente cada vez que lo perdía. La presión arriba de los de Tuchel y las salidas a la contra rapidísimas con un Werner que volvió loco a la zaga maniataron a toda la defensa colchonera.

Lo más preocupante de esta eliminatoria es que el Atlético no ha tenido una sola ocasión clara en 180 minutos de eliminatoria, y eso sí que es algo que no es normal. Con los problemas en la portería que ha tenido el Chelsea este año, el lío de Kepa, que pone más presión sobre el portero Mendy, y ni por esas. Sólo se contabilizó un disparo a puerta de Joao Félix mordido tras tocar en un defensor y poco más bagaje en una vuelta en la que el conjunto rojiblanco tenía que ir a marcar un gol. Ahora sólo queda centrarse en la Liga que sería un título que haría que la temporada fuese muy buena para los de Simeone, pero habrá que ver si esta decepción les afecta en el próximo partido del domingo ante el Alavés.

El no saber competir…

Otra temporada más y otra dolorosísima derrota del Barcelona en la Champions League, esta vez a manos de un PSG mermado por las bajas, no contaban ni con Neymar ni con Di María, que deja la temporada prácticamente sin pelear por ningún título a la espera de consumar su eliminación de la Copa y de la Champions en el partido de vuelta, Pero el principal problema del equipo viene ya de lejos, y es algo pandémico para el Barcelona, y es su poca capacidad a sobrevivir a las adversidades. O domina el partido y lo gana con contundencia, o no es capaz de sobreponerse a las adversidades de los noventa minutos.

El equipo se puso por delante, dominando el encuentro, sin tener sobresaltos, pero en cuanto le empataron el miedo se apoderó de un equipo que es más vulnerable en defensa que nunca. Pero no solo pasa ante el PSG, todos sus partidos de liga son una moneda al aire que este año más que nunca están saliendo cruz. La imagen del equipo tras el 1-2, dejándose llevar, sin capacidad de aguantar el resultado por muy malo que fuese, para la vuelta, el no crear una sola ocasión de peligro ni rebelarse ninguno de los jugadores da muestras de la vulnerabilidad anímica del equipo no solo este año, sino de siempre, pero en cuanto su superioridad técnica no se ha impuesto se han visto las carencias.

Ahora mismo toca una encrucijada difícil par la institución, la más que probable marcha de Messi gratis en verano, las elecciones de Marzo a la presidencia, los problemas económicos que arrastra el club que deja nada de maniobra para una revolución, y unos contratos que endeudan al club los próximos años dejan ver un panorama desolador para el aficionado. Es difícil que puedan trae a ningún nombre ilusionante este verano y es posible que pierdan a sus estrellas, pero si el equipo quiere sacar algo y pelear de verdad con los clubes grandes de nuevo debe empezar por competir los partidos salgan como salgan y se desarrollen como se desarrollen.