Ridículo de la federación

El botellazo lanzado en Mestalla contra los jugadores el Barcelona está trayendo mucha cola y muchas declaraciones. La peor y más sangrante es la de Tebas, en la que acusa de teatreros y de fingir a los jugadores en vez de condenar el acto del lanzamiento de la botella. Es otra declaración más que corrobora lo inepto que es Tebas al frente de la LFP. El presidente de la liga debería proteger más a los activos que le dan de comer que son los jugadores en vez de criticarlos, y no abusar de ellos y colocar los horarios a su antojo en función de quién pague sin tener en cuenta necesidades o competiciones internacionales. Pero ese es otro tema del que se podría hablar y mucho.
 
Que los jugadores del Barcelona exageraron la situación, de acuerdo, pero eso no es excusa para desvirtuar una acción que el propio Valencia ya se ha encargado de censurar con la expulsión de por vida del aficionado. También es cierto que antes del botellazo Neymar se dirigió a la grada de forma provocativa, pero eso no es excusa para el lanzamiento de botella, y es algo que el Barcelona debería condenar. El club catalán está dolido con Tebas y la prensa por cómo se ha tratado el tema, y estoy de acuerdo con ello, pero tampoco les he visto condenar la actitud de un Neymar que sin su provocación quizá no se hubiese producido ningún botellazo.
 
Dejando a un lado si el arbitraje fue justo o si se favoreció a uno o a otro, lo que está claro es que esto sigue siendo deporte, y que los periódicos con sus campañas subjetivas empañan lo que es la esencia de este deporte, el fútbol unido a la polémica. No se puede condenar lo que hacen los clubes rivales y no mirarse al espejo y hasta que no comprendamos eso seguiremos en esta absurda encrucijada donde tan de moda se ha puesto el exaltar a tu equipo y defenderlo usando la violencia si hace falta.

Emery chirría

Estaba claro que la andadura de Unay Emery en el PSG no iba a ser buena, se trataba de un equipo demasiado grande para el técnico vasco, más acostumbrado a equipos más modestos donde puede desplegar todas sus excentricidades sin problemas. Pero lo que se ha encontrado en el PSG es a varias super estrellas que no casan con sus métodos y que poco a poco se van revelando mientras el PSG no cosecha los resultados deseados, ya que va tercero en la floja League 1, y en su grupo de Champions va empatado con el Arsenal en cabeza.
 
Primero tuvo problemas con el fichaje estrella del verano, el díscolo Ben Arfa, cal que ha tenido varias jornadas apartado del equipo por no casar con sus métodos, el siguiente fue un Jesé que parece ya más centrado en su grupo de música que en ser un buen futbolista, y ahora es con Di María y con Verrati con los que el conflicto ha estallado tras el empate ante el Marsella a cero el pasado fin de semana. Fueron sustituidos por Emery y se les vio visiblemente enfadados con el técnico, especialmente el italiano que preguntaba a los compañeros si lo había hecho mal para que le cambiaran.
 
Como aquí ya se aventuró cuando Emery fichó por el PSG, le viene el equipo grande y realmente no ha aportado nada nuevo a un equipo que parece que hasta que no apueste fuerte por un técnico de verdad y experimentado (sólo han contado con Ancelotti en ese aspecto) no van a dar ese salto cualitativo que quieren dar en Europa para poder asomarse por primera vez en su historia a las semifinales y quién sabe si a la final de la Champions. Pero con entrenadores de este tipo no parece que vaya a llegar en un corto plazo de tiempo esos buenos tiempos.

Comienza la temporada NBA

Ya está aquí la nueva temporada NBA, y promete ser de las mejores que se han visto por varios alicientes, los Warriors con Durant tratarán de batir su récord absoluto de la temporada pasada del 73-9, los Cavs de LeBron deberán defender su título conquistado en verano, los Spurs sobreponerse a la marcha de Duncan pero con la importante llegada de Gasol, los nuevos Knicks con quizás las última oportunidad de Rose de volver a la élite, la explosión como única estrella del equipo de Westbrook (claro candidato al MVP de la temporada), los siempre guerrilleros Celtics con la llegada de Horford para dar consistencia interior, y los renovados Bulls con el trío Wade-Buttler-Rondo que prometen hacer disfrutar a la ciudad del viento.
 
Los Warriors parten como favoritos por el fichaje del agente libre más codiciado del verano (con permiso de LeBron) y lo han incorporado a una plantilla muy armonizada y en la que puede encajar a las mil maravillas y convertir al equipo en la mayor amenaza exterior que se haya visto jamás. Quizás tener que renunciar a Bogut y Barnes les disminuye el potencial de banquillo pero el quinteto titular es de lo mejor que se haya visto junto jamás. Y si hay alguien que le gusten los retos ese es LeBron, que tras desafiar a todos con un 3-1 abajo en las finales para llevarse el anillo y entrar así en el olimpo de los mejores de la historia, este año quiere el más difícil todavía de derrotar al mejor equipo formado a base de talonario y coronarse así como el mejor jugador de la historia junto a Jordan (palabras textuales de James «persigo a un fantasma que jugaba en Chicago»).
 
De los contenders no hay que olvidar los siempre rocosos Spurs que pese a partir en un escalón inferior no extrañaría verles una vez más dando la sorpresa y llevándose el anillo. En el Este el territorio es de los Cavs y no hay ningún equipo que a día de hoy tenga el potencial de plantar cara a los de Cleveland, por lo que el camino a la Final será de nuevo más sencillo para James y compañía. Habrá que ver cómo reaccionan los Thunder a esa remodelación que han comenzado, y a cómo los Hawks aprenden a encajar a un Howard que cada vez asusta menos. Los Clippers ya cada vez asustan menos por sus problemas internos y a los Bulls les falta juego interior consistente, y por último queda ver si por fin Anthony Davis es capaz de plasmar su superioridad en la pista con victorias para sus Pelicans. Y por último los Pacers que si encajan bien al dúo George-Teague pueden dar muchas alegrías en Indianápolis.

Montella devuelve la ilusión

Se hace raro ver cada año la Champions League y que uno de los candidatos a ganarla no sea el AC Milán, equipo que ha ganado el torneo hasta en siete ocasiones y que durante mucho tiempo fue el gran dominador de Europa (con las etapas de Sacchi, Capello y su famoso 0-4 al Dream Team, y la de Ancelotti) y que hasta hace poco se arrastraba en terreno de nadie en la devaluada serie A. Y digo hasta hace poco porque la llegada de Vincenzo Montella ha revitalizado el equipo, le ha dado de nuevo espíritu y está llevándolo poco a poco a luchar de nuevo por entrar en Champions y quien sabe si a pelear por el scudetto.
 
Este sábado pasado tenía una prueba de fuego, la Juventus en casa, el equipo que ha ganado los últimos cinco scudettos y que a día de hoy no parece tener rival en el campeonato llegaba a San Siro dispuesto a romper esa dinámica positiva de los rossoneri de seis encuentros consecutivos sin conocer la derrota (con cinco victorias en ese periodo). Pero el Milán planteó un partido muy serio bien cerrado atrás y saliendo muy bien a la contra con Niang y Bacca leyendo las contras a la perfección. Y así ya en la segunda parte consiguió perforar la red de Buffon y llevarse un partido que ratifica el buen trabajo de Montella (que ya había destacado mucho en su etapa en la Fiorentina) y da al Milán el camino a seguir para volver a ser uno de los grandes de Europa, un camino que no debió abandonar jamás.

El renacer de Wade

Dwyane Wade vuelve a sus orígenes, a su Chicago natal tras toda su carrera en la soleada Miami, donde era considerado el rey de la ciudad. Pero finalmente este verano la directiva de Miami no realizó una oferta decente por el escolta que enfadado decidió salir al mercado. Poniendo punto y final a su etapa en Florida donde llegó a ser el mejor jugador de la liga y quizás el mejor jugador de la historia de la NBA sin un MVP de la temporada.

Si las lesiones le hubieran respetado más hablaríamos de uno de los más grandes de la historia, de un jugador que prácticamente solo levantó un 2-0 desfavorable en las finales de 2006 frente a los Mavericks para acabar haciéndose con el anillo en lo que es considerada la mejor actuación individual en unas finales llegando a promediar 34,7 puntos a lo largo de los seis partidos de la serie y siendo nombrado MVP de las Finales.

En ese momento la NBA era suya, estaba en su mejor momento y se preveía que dominaría a sus anchas, pero comenzó su calvario con las lesiones  que impidiero que se viera su mejor versión con consistencia privándole de haber conseguido algún MVP de la temporada regular. Luego decidió unir a su proyecto a LeBron y Bosh para adquiriri títulos colectivos en vez de individuales demostrando su madurez. Ahora tiene un nuevo comienzo en su ciudad natal, sin su explosividad de antaño pero con una inteligencia más desarrollada y un mejor entendimiento del juego que todavía le siguen haciendo muy peligroso para el rival.

La leyenda de Tittyshev

Corría el año 1994 y el West Ham iba a jugar un partido amistoso frente al Oxford City, por aquel entonces Steve Davis no se perdía un partido del equipo de sus amores y pese a que fuese amistoso y contra un equipo regional decidió viajar junto a su amigo y la novia de este a Oxford a ver a su equipo. El entrenador del West Ham por aquella época era Harry Redknapp, y el delantero del equipo era Lee Chapman, un jugador al que Davis no podía ver ni en pintura y al que se pasó increpando todo el partido.
 
Circunstancias del partido el West Ham por lesiones se quedó sin jugadores en el banquillo al descanso, y, al poco de comenzar la reanudación, Chapman se lesionó. Redknapp que no paraba de oír a Davis recriminar a su delantero le preguntó si él podría hacerlo mejor, Davis no se lo pensó y le contestó que sí por lo que Redknapp lo invitó a cambiarse en el vestuario y a participar del partido. Saltó con el tres a la espalda pero cuando el speaker del partido le preguntó al técnico quién era el jugador contestó: “¿No has visto el Mundial? ¡Este es Tittyshev, el búlgaro!”. Nacía así la leyenda de Tittyshev que incluso anotaría un gol, pero fue anulado por fuera de juego.

Bravo se destruye

La noche de ayer tenía muchos reencuentros, siempre que Guardiola y el Barcelona se enfrentan el morbo está servido, pero si alguien tenía ganas de demostrar ayer algo al Camp Nou y sobre todo a la directiva culé era Claudio Bravo. El chileno tuvo que salir del club ante las exigencias de Ter Stegen, el portero actual del Barcelona no estaba dispuesto a seguir otra temporada más siendo sólo titular en Champions y Copa, y acabó ganando el pulso por ser más joven y tener más recorrido. Bravo no quería salir pero la oportunidad de ser indiscutible en el City no la quiso dejar pasar y no se lo pensó dos veces cuando llamaron a su puerta.

Y ayer tenía esa oportunidad que deseaba, la de demostrar que el elegido debería haber sido él, y más con el run run que hay tras el fallo de Stegen frente al Celta. Pero todo se acabó para él tras su garrafal fallo que propició su expulsión cuando mejor estaba el City. Un fallo inexplicable a la altura de los de Stegen que condenó a su equipo y las posibilidades de reivindicarse en la que no hace mucho era su casa. Para más inri su «archienemigo» Stegen hizo un partidazo con varias intervenciones salvadoras y dejando una gran actuación. Lástima para un Bravo que en cuanto vio la tarjeta roja salir del bolsillo del árbitro supo que todo se había acabado.

¿Ha cambiado el City?

El Manchester City se enfrenta esta noche en el Camp Nou al Barcelona tras tres partidos en los que no ha sido capaz de ganar (dos empates y una derrota) tras su inicio inmaculado en la Premier. Con la llegada de Guardiola se le pretendía dar ese salto cualitativo a un proyecto que por más millones que se invirtiesen naufragaba de manera sangrante. Pero este verano apostaron por el ex técnico de Bayern y Barcelona y desembolsaron otro verano más una millonada en fichajes para hacer la plantilla más competitiva que han tenido los citizens nunca.
Y todo parecía ir sobre ruedas, los primeros partido de Premier del City se contaban por victorias y en la Champions en el primer envite también se llevaron los tres puntos. Pero apareció el Celtic que fue el primero en robar puntos a los de Guardiola y a partir de ahí derrota ante el Tottenham y empate frente al Everton que han frenado en seco su marcha y vuelven a plantear las dudas de siempre. ¿Es este City competitivo?, ¿Es de verdad un aspirante a la Champions?, todas esas dudas y más se solucionarán esta noche en el Nou Camp a las 20:45, pero me parece que la historia se repetirá y el City y Guardiola volverán con el rabo entre las piernas a Manchester otro año más.

El United sale vivo de Anfield

El partido de anoche en Anfield puso de manifiesto el estado de los dos equipos más importatnes del fútbol inglés. Mientras el Liverpool llegaba enrachado con cuatro victorias consecutivas, el United convive con la irregularidad de manera contínua. El clásico inglés podría dejar al Manchester muy descolgado de la cabeza de la liga y además recibiendo en la siguiente jornada al Chelsea como colofón. Y los red devils salieron controlando el partido, sin mucho peligro pero sin sufrir ninguna ocasión de los de Kloop. Ander Herrera fue la sombra de Coutinho toda la primera parte y cumplió de sobra su cometido anulando al fantástico jugador brasileño.
Pero en la segunda parte Kloop movió ficha y dio entrada a Lallana liberando de la banda a Coutinho para que incidiera más por el medio, y a partir de ahí el Liverpool fue un vendaval, al que sólo detuvo De Gea con varias intervenciones estratosféricas, especial una a disparo de 30 metros de Coutinho a mano cambiada cuando todo Anfield cantaba ya el gol. El partido fue malo en general pero si alguien intentó llevárselo de verdad ese fue el Liverpool que parece que este año sí que cuenta con esa regularidad que tanto tiempo se ha echado en falta en este equipo que recordemos que pese a ser el más laureado de Inglaterra nunca ha ganado una liga en formato Premier League.

7 años sin Montes

La voz que amenizó todas las meriendas de mi adolescencia se marchó hace ya siete largos años. La voz que convirtió el deporte que adoraba en espectáculo, que hacía que un partido intrascendente fuese disputado, que convertía a un simple jugador en un mito con un simple mote, que hacía de las pajaritas su modo de vida y de los tiempos muertos los debates más variados se fue para no volver. Andrés Montes fue un pionero en lo suyo, nadie había sido capaz de llevar las retransmisiones deportivas a ese nivel y consiguió ser casi tan importante como el propio evento deportivo en sí. La pareja que formó con Antoni Daimiel quedará para el recuerdo de todos los aficionados al baloncesto y a la NBA en particular como el mejor comentarista de la historia.

Su paso por la sexta como comentarista de fútbol dejó mas sombras que luces, quizás porque el deporte no estaba preparado para su estilo pero aún así nos brindaste un último Eurobasket de Polonia en el que España se alzó con el oro (no se si fue casualidad o un homenaje del destino). Pero lo que sí tengo claro es que te debo mucho, muchas horas de diversión y carcajadas, momentos de tensión y felicidad plena. Cada partido que veo después de tu muerte me acuerdo de tí y creo que ese es el mejor homenaje que puedo brindarte, gracias de todo corazón Andrés Montes por hacerme partícipe de tu pasión por el baloncesto y por enseñarme esa filosofía de vida tan particular y tan bonita que nos dejaste resumida en esa frase que siempre te acompañará. Porque la vida puede ser maravillosa, aunque sin tí no está del todo completa.