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Eliminatoria para olvidar

Malísima eliminatoria la que ha protagonizado el Atlético de Madrid en los octavos de la Champions League ante el Chelsea. Ha sido superado en todo por le conjunto inglés que de la mano de Tuchel parece otro equipo totalmente diferente al que deambulaba sin espíritu ni plan con Frank Lampard. Desde el partido de ida el equipo de Londres fue muy superior y tuvo un control aplastante sobre la eliminatoria. Desde la llegada del técnico alemán, no ha perdido ningún partido y sólo ha recibido dos goles en trece partidos, lo que indica el buen trabajo que va realizando el técnico bávaro.

Por su parte Simeone no tuvo grandes reacciones como en otras eliminatorias, el cambio de Suárez al poco de comenzar la segunda parte confundió y mucho al equipo y las decisiones de que no jugara Lemar desde el inicio condicionó mucho el juego del equipo, intentó imponer físico en el medio con la entrada de Saúl, pero a la hora de salida de balón el equipo no tuvo ideas y el Chelsea recuperó muy fácilmente cada vez que lo perdía. La presión arriba de los de Tuchel y las salidas a la contra rapidísimas con un Werner que volvió loco a la zaga maniataron a toda la defensa colchonera.

Lo más preocupante de esta eliminatoria es que el Atlético no ha tenido una sola ocasión clara en 180 minutos de eliminatoria, y eso sí que es algo que no es normal. Con los problemas en la portería que ha tenido el Chelsea este año, el lío de Kepa, que pone más presión sobre el portero Mendy, y ni por esas. Sólo se contabilizó un disparo a puerta de Joao Félix mordido tras tocar en un defensor y poco más bagaje en una vuelta en la que el conjunto rojiblanco tenía que ir a marcar un gol. Ahora sólo queda centrarse en la Liga que sería un título que haría que la temporada fuese muy buena para los de Simeone, pero habrá que ver si esta decepción les afecta en el próximo partido del domingo ante el Alavés.

Gloria para Stevie

El Glasgow Rangers volvió a conquistar el domingo la Premier escocesa tras diez años de penurias que le obligaron a descender hasta la cuarta división escocesa y que ha conseguido rearmar de nuevo a un equipo competitivo y saneado. Los «protestantes» como son conocidos en las islas, han confiado desde hace tres años su proyecto en las manos de un entrenador como Steven Gerrard, que ha demostrado tener muchas cualidades para dar el salto a un equipo más grande teniendo al equipo esta temporada invicto tanto en su campeonato local como en la Europa League, donde tiene a su equipo clasificado para los dieciseisavos de final.

Lo ha hecho además con unos números que asustan, sólo ha recibido el equipo 9 goles en 32 jornadas que ha disputado el equipo, y en estos tres años ha construido un equipo que juega muy bien al fútbol, y que tiene una seña de identidad muy clara. A diferencia de casi todos los grandes futbolistas, Stevie ha preferido foguearse en una liga menor y en un equipo de aspiraciones menores para seguir creciendo en vez de aprovechar y coger un gran equipo sin experiencia como tan de moda se está poniendo últimamente. Y ya son muchas las voces que tienen claro que es el hombre que tomará el relevo de Jürguen Klopp al frente del Liverpooll cuando el alemán ponga el final a su trayectoria en el banquillo red (son muchas las voces que comentan que tras la decisión de Löw de abandonar la selección tras la Eurocopa, el de Mainz será entrenador de la manschaaft).

Sea como fuera el mérito de Gerrard es enorme y tras proclamarse campeón, será un rival peligroso para cualquier rival en esta Europa League, su rival en esta fase es el Slavia de Praga, con la vuelta en el Ibrox Stadium, por lo que se puede decir que parte como favorito para esta eliminatoria. El año que viene se le podrá ver disputando la Champions League, una competición que no pisaba el equipo desde hace más de una década, lo que habla mucho y bien del logro conseguido por el entrenador nacido en Liverpool. Habrá que hacer mucho seguimiento a sus próximos pasos.

Momento inoportuno

El Atlético de Madrid perdió una gran oportunidad el domingo en el derbi de dar un puñetazo en la mesa y escaparse más en la carrera por conseguir la Liga. Dominó el partido desde el comienzo, con una gran primera parte, y unos veinte minutos de la segunda donde mereció más premio para llegar con más ventaja a los minutos finales. Justo a raíz de los desafortunados cambios de Simeone el Atlético cedió los últimos veinte minutos de su juego a su rival y acabó pagándolo con un empate in extremis que dejó sabor a derrota.

Cuando la tablilla de cambios señaló a Thomas Lemar y minutos después a Yannick Carrasco el mensaje que dio el entrenador al equipo es de replegar atrás y ceder el balón, cuando lo estaba acaparando y el vendaval ofensivo era muy grande sobre la portería de Courtois. Eran los mejores momentos del conjunto rojiblanco y su técnico trastocó al equipo y le hizo perder todo el dominio y control que tenía sobre el mismo, provocando que el Madrid pudiera dar un paso adelante y empezar a tocar más en el medio.

Pese a todo el Atlético en el global del partido fue superior, se recuperaron las buenas sensaciones con su once de gala (quizás sólo falta Giménez en el centro de la defensa de tres) y sigue dependiendo de sí mismo con un buen margen si no sufre otra pájara como la de Febrero pasado. Viene ahora un tramo complicado, con la vuelta en Stamford Bridge, donde tendrá que ir a remontar el 0-1 cosechado en Bucarest, y la visita al Pizjuán en dos semanas. Ese periodo es clave para ver las aspiraciones finales del conjunto rojiblanco que parece recuperarse del serio bache que pasó por las lesiones y Covid que atravesó su plantilla.

Ataque de entrenador

Julen Lopetegui pecó de ataque de entrenador en la confección del partido de anoche. Nada más ver el once que disponía se intuyó que no eligió al once correcto, una sola mirada al banquillo con los nombres de Navas, Rakitic o Papu, ya daba muestras de que había rotado más de la cuenta, y obviamente acabó pagándolo caro luego. La primera parte no supo por dónde le venía el vendaval azulgrana, se adelantó a los cinco minutos y tuvo infinidad de ocasiones en la primera parte donde la palabra asedio se quedó corto para lo que vivió el conjunto hispalense. Lo mejor al descanso para ellos fue el resultado porque la sensación de remontada era más que evidente.

Ya en la segunda parte tras los minutos iniciales y con las entradas de Rakitic y Navas los de Lopetegui tuvieron más control del partido e incluso dispusieron de la oportunidad de cerrar la eliminatoria en el minuto setenta, pero Ocampos marró el penalti que él mismo había provocado. Esto detonó el espíritu del Sevilla que estaba teniendo sus mejores minutos y espoleó de nuevo al Barcelona que ayudado por los cambios que realizó Koeman remontó un partido que hace unas semanas parecía imposible por las sensaciones de ambos equipos.

Tras el pitido final y consumada la eliminación, el Sevilla cerró así el peor momento de su temporada, tras la dura derrota ante el Dortmund en el Pizjuán, y la doble derrota en cinco días ante el Barcelona que deja muy tocado las ilusiones de este segundo proyecto de Lopetegui. Quizás con los titulares desde el principio, los jugadores experimentados están para estos momentos, no se hubiera sentido tan cómodo en la primera parte el Barcelona y sobre todo no hubiese tenido tanta posesión y en territorio sevillista. Pero eso sólo son especulaciones ya.

El no saber competir…

Otra temporada más y otra dolorosísima derrota del Barcelona en la Champions League, esta vez a manos de un PSG mermado por las bajas, no contaban ni con Neymar ni con Di María, que deja la temporada prácticamente sin pelear por ningún título a la espera de consumar su eliminación de la Copa y de la Champions en el partido de vuelta, Pero el principal problema del equipo viene ya de lejos, y es algo pandémico para el Barcelona, y es su poca capacidad a sobrevivir a las adversidades. O domina el partido y lo gana con contundencia, o no es capaz de sobreponerse a las adversidades de los noventa minutos.

El equipo se puso por delante, dominando el encuentro, sin tener sobresaltos, pero en cuanto le empataron el miedo se apoderó de un equipo que es más vulnerable en defensa que nunca. Pero no solo pasa ante el PSG, todos sus partidos de liga son una moneda al aire que este año más que nunca están saliendo cruz. La imagen del equipo tras el 1-2, dejándose llevar, sin capacidad de aguantar el resultado por muy malo que fuese, para la vuelta, el no crear una sola ocasión de peligro ni rebelarse ninguno de los jugadores da muestras de la vulnerabilidad anímica del equipo no solo este año, sino de siempre, pero en cuanto su superioridad técnica no se ha impuesto se han visto las carencias.

Ahora mismo toca una encrucijada difícil par la institución, la más que probable marcha de Messi gratis en verano, las elecciones de Marzo a la presidencia, los problemas económicos que arrastra el club que deja nada de maniobra para una revolución, y unos contratos que endeudan al club los próximos años dejan ver un panorama desolador para el aficionado. Es difícil que puedan trae a ningún nombre ilusionante este verano y es posible que pierdan a sus estrellas, pero si el equipo quiere sacar algo y pelear de verdad con los clubes grandes de nuevo debe empezar por competir los partidos salgan como salgan y se desarrollen como se desarrollen.

Estadísticas Rotas

La inapelable victoria de ayer del Manchester City sobre el Liverpool en Anfield no sólo dejó prácticamente sentenciada la Premier League en favor de los citizens, sino que trajo consigo la ruptura de un montón de datos negativos para el City ante lo que se ha convertido en el nuevo clásico del fútbol inglés debido a los grandes resultados de los últimos años por parte de ambosequipos.

El primero y más extraño de todos los récords de ayer fue que Pep Guardiola jamás había ganado en Anfield al Liverpool como entrenador del City, un dato mas que curioso ya que cuando llegó el Liverpool todavía estaba lejos de ser el equipo que es ahora mismo. Pero no sólo Guardiola arrastraba esa maldición, sino que el propio Manchester City llevaba sin ganar en Anfield la friolera de 16 años, una auténtica barbaridad y que obviamente era la racha más larga entre equipos de la Premer. Es justo decir de todas maneras que pese a que el City fue muy superior todo el partido, sólo los errores finales de Allison permitieron la victoria de un City que hizo un partido muy serio y mereció la victoria eso sí.

Pero no fue la única ya que Raheem Sterling anotó por fin su primer gol en Anfield con la camiseta del Manchester City tras su dolorosa marcha del equipo red. Y su gol que suponía la puntilla significó la tercera derrota consecutiva en casa del Liverpool, algo que no ocurría desde 1963, dejando claro el mal momento por el que pasa el equipo de Klopp actualmente (lesiones a parte). El técnico alemán ya había avisado del cansancio anímico de un equipo que el año pasado arrasó hasta que fue apeado por el Atlético de Madrid en casa en los octavos de la Champions. A partir de ahí el equipo ganó la Premier merced a la diferencia que ya habia sacado a sus rivales en los meses que estuvo intratable, pero nunca fue la misma apisonadora que venía además de ser el vigente campeón de Europa. Toca reflexionar, recuperar mentalmente a los jugadores y para la temporada próxima volver a contar con la línea de centrales titular lesionada toda de gravedad.

El fútbol recompensó

Noche llena de emociones la de anoche en los Cármenes. Durante muchos minutos el Barcelona se vio fuera de la Copa del Rey apeado por el Granado que disfrutó de una ventaja de dos goles hasta cinco minutos antes de la conclusión del partido. Finalmente dos pases de cirujano de Messi significaron los tantos azulgranas que consiguieron llevar el partido a la prórroga para allí terminar de llevarse el partido y el billete para las semifinales.

Pero si el empate fue agónico no fue más que por la mala suerte que arrastra últimamente el Barcelona y que le está lastrando en la mayoría de partidos debido a que posee una pegada inferior a la de años atrás. Tres disparos al palo unidos a varias ocasiones claras, especialmente la de Trincao, pudieron decantar el partido antes a su favor y no llevar al equipo a una remontada épica. Parece que los de Koeman se han abonado al sufrimiento constante durante todos los partidos del año y no saben cerrar los partidos. Entre Supercopa y Copa todos los partidos a eliminatorias los han vivido con prórrogas merced a su falta de contundencia arriba.

La nota más negativa de ayer fue que se vio el paupérrimo nivel de Umtiti, un central que hace no mucho era un seguro de vida y vital tanto para el Barcelona campeón de todo, como para la Francia campeona del mundo. Su lesión de rodilla parece que definitivamente ha puesto el fin a su carrera deportiva, siendo todavía muy joven. Pero pese a todo el Barcelona no bajó los brazos como acostumbra, los cambios reactivaron al equipo, y la conexión Messi-Griezmann funcionó por fin. Ayer casi se despiden del único título al que aspiran realmente esta temporada, pero finalmente se reengancharon y ahora vuelven a ser favoritos claros sin Atlético y Real Madrid de por medio.

Reacción a tiempo

El inicio de año no había sido nada bueno para el vigente campeón de la Premier que había visto cómo sus cinco partidos disputados con el cambio de año en ninguno había sido capaz de ganar, mención especial a la derrota en Anfield ante el Burnley que hizo tocar fondo a un equipo que hasta hace bien poco era algo menos que intratable. Las lesiones se han cebado en la zona defensiva del equipo, y el acople de Thiago, que también ha estado apartado tiempo del equipo, ha sido más difícil y lenta de lo que se esperaba y no ha favorecido en ver la mejor versión de un equipo que se había afianzado ya como líder y arecí que iba camino de su segunda Premier consecutiva con bastante suficiencia.

Pero el bajón de rendimiento de hombres clave como Salah o los laterales, que son fundamentales en el juego del esquipo de Klopp, daban una sensación al equipo de vulnerable y lo más alarmante y que quizás el técnico alemán no había vivido desde su llegada a orillas del Merseyside que es la falta de gol del equipo. Pero ayer volvió a verse la mejor versión del equipo red en un campo y ante un rival de entidad como era el Tottenham de Mourinho, y al que aplastó cuando pisó el acelerador dando un puñetazo en la mesa y volviendo a recuperar las sensaciones y aprovechando el tropiezo del líder el Manchester United ante el colista en casa.

También es verdad que tuvo dos momentos claves el partido que fueron el gol en el minuto antes de irse al descanso, y la lesión de Kane que no pudo continuar tras el descanso, dejando a un Tottenham muy tocado que encajó además en el primer minuto de la reanudación. Las buenas noticias además fueron los goles de Mané Firmino y Arnold, jugadores cave que necesitaban ese refuerzo de confianza y Salah, que anotó pero se le anuló por mano previa de Firmino, también recuperó buenas sensaciones. Queda por ver si esto ha sido un espejismo o de verdad se ha recupera al vigente campeón para la lucha por la Premier, pero yo no apostaría en su contra en este momento.

Mala elección

Parece que la cesión de Martin Odegaard al Arsenal será oficial en horas y que el noruego ya está viajando hacia la capital inglesa para firmar el contrato, pero ¿es la elección correcta irse al equipo de Mikel Arteta?. La sobrepoblación de medio centros del equipo, con la renovación de la cesión de Ceballos (que prácticamente no tiene hueco), el fichaje bomba de Thomas y la sorprendente irrupción del joven de Smith Rowe, unido al fuerte fondo físico que es necesario para jugar en la Premier y que quizás es el punto más débil ahora mismo del noruego custionan y mucho la decisión tomada.

Es cierto que la situación en el Real Madrid era insostenible, Zidane no contaba con él, y los pocos minutos que tuvo tampoco dio la sensación de que la situación se pudiera revertir. lo mejor era buscar una salida, pero en el Arsenal, que ofrece además jugar competición europea con la Europa League, puede que su situación no cambien y definitivamente pierda el año entero, entre la adaptación al siempre exigente fútbol inglés, unido a que lleva muchos meses sin jugar varios partidos con continuidad pueden provocar que pasen los meses y el escandinavo juegue más bien poco.

Arteta lo ha pedido como deseo expreso, con un Arsenal que ya parece algo recuperado de esa mala racha de resultados que le llegó a situar a cinco puntos del descenso hace menos de un mes, pero no creo que Odegaard, que ha demostrado una calidad incuestionable, tenga el carácter que hay que tener para imponerse a este tipo de situaciones y sea capaz de imponerse. Es un jugador muy frío al que a veces le ha faltado esa pizca de maldad para crecer y ganarse más minutos de los disputados en la vuelta al Real Madrid. Habrá que seguir atentos las evoluciones de Martin, pero no parece que haya sido la mejor de las elecciones por su parte.

Sin alma

El Fútbol Club Barcelona evidenció su mayor carencia desde hace años en la final de la Supercopa ante el Athletic de Bilbao. La falta de alma y espíritu de equipo. Los más veteranos no aportan ningún tipo de liderazgo (salvo Piqué que ahora mismo está lesionado de larga duración), y los nuevos no pueden dar el paso adelante necesario por ser demasiado jóvenes o llevar poco en el equipo. Es una lástima ver que el trabajo y la progresión de Pedri, De Jong o Dest se vea así de frenada e incluso enturbiada por un ambiente institucional y deportivo de lo más extraño que he visto jamás.

Y para mí el principal culpable es Messi, el portador del brazalete, el mejor jugador del mundo, alguien que no ayuda con su actitud ni sus maneras (y no lo digo por la expulsión ni mucho menos) a que el equipo se sobreponga a su preocupante debilidad defensiva. Messi no lidera al equipo como debería, ahora no se necesita a un Messi que marque hat tricks día si y día también como antaño, ahora necesitan a un Messi implicado que ayude al equipo en defensa y en ataque, que se le vea con ganas de comerse el partido, y ahora mismo el argentino está muy lejos de eso, y tristemente poco a poco va manchando su expediente con finales perdidas que no debería haber perdido.

Lo peor es que este título y el torneo podían haber servido para espolear un equipo claramente herido, con mucha fragilidad y que no domina los partidos como antaño con balón y que no sabe transicionar defensivamente. Es tan simple como presionar arriba y en defensa cerrar huecos centrales para desactivar a un equipo sin ideas y viciado en las mismos claves de ataque de años anteriores pero sin los jugadores necesarios para ello. El mercado de invierno está abierto, pero la caja del Barcelona está vacía, las elecciones a la presidencia se han retrasado y los socios están sin ilusión y con el temor de años de travesía por el desierto del club debido a las malas gestiones de la última directiva a la que se le hizo moción de censura y tuvo que acabar dimitiendo. mientras tanto el equipo va a sufrir para acceder a los puesto d Champions para el año que viene, ya ni pelear por la Liga se puede hablar para este Barça.