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Curry hace historia

Stephen Curry batió ayer el récord de triples anotados en un solo partido con trece, una cifra espectacular pero que todo el mundo esperaba más tarde o más temprano que sucediese con el pequeño base. El de Akron ha conseguido que sus cifras escandalosas en la linea de siete metros ya casi se asuman como naturales y no sorprenda que lleve tres años consecutivos batiendo la marca de más triples anotados en una temporada, marca que se supera a sí mismo año tras año claro está.

Lo que más mérito tiene del récord de Curry es que lo ha hecho tras el 0/10 que tuvo ante los Lakers, y lo que mejor habla del 30 de los Warriors es que sorprende más el partido en el que su casillero se queda a cero en triples que el hecho de que bata el récord de triples en un partido. Así es Curry, un jugador que ha hecho de la línea de tres su territorio y al que la NBA empieza a buscar maneras de dificultar esa suerte (se habla de que Adam Silver quiere alejar la línea de tres puntos o incluso instaurar el tiro de cuatro puntos).

Pero este récord no serviría de nada si no se hubiese conseguido la victoria, y los Warriors ganaron ayer a unos Pelicans que siguen sin levantar cabeza 0-7 en un flojo partido de ambos, que no maquilla que estos Warriors están lejos de su mejor versión y que de momento la calidad individual de la plantilla está consiguiendo victorias en fase regular, pero la falta de química todavía es evidente y es algo que con el paso de los partidos se irá adquiriendo y volverán a ser ese equipo que mueve tanto el balón hasta encontrar al tirador mejor situado, que en su caso podría ser cualquier jugador del quinteto prácticamente. Pero hasta que llegue ese día Curry sigue realizando noches de escándalo.

Davis no significa victoria

La temporada ha comenzado para Anthony Davis como casi siempre, dominando la pintura en todos los partidos y siendo prácticamente imparable para cualquier defensa, pero a la hora de sumar victorias al casillero Pelican todavía no ha conseguido ninguna. El balance de 0-5 es desolador y augura otro año más sin playoffs para un jugador que debería jugarlos cada año. El equipo que le rodea no le ayuda a conseguir el objetivo y no parece que vaya a cambiar esta tendencia.

Davis renovó el año pasado con el equipo firmando el mayor contrato hecho jamás a un jugador de baloncesto, pero los malos resultados globales del equipo y un mal inicio como el de este año volvieron a provocar que se quedara sin playoffs y por culpa de lesiones sin disputar el All Star ni participar en las olimpiadas con el combinado nacional. Su rendimiento individual es intachable pero si no consigue victorias para su equipo con sus actuaciones puede acabar ganándose una etiqueta que no se merece.

Todavía está a tiempo, la conferencia oeste no es la más indicada para tener que realizar remontadas pero si Davis mantiene el nivel y el resto de la plantilla da un paso adelante esta situación puede cambiar facilmente (ahora mismo tanto Jazz como Kings esarían clasificados para playoffs) y ayudar así a Davis a aspirar al MVP que tarde o temprano debería ganar si mantiene este nivel (tiene el mejor PER de la liga desde hace dos años) y comenzar a ser unos fijos en unos playoffs que no deben perderse más mientras Davis esté en la plantilla.

Comienza la temporada NBA

Ya está aquí la nueva temporada NBA, y promete ser de las mejores que se han visto por varios alicientes, los Warriors con Durant tratarán de batir su récord absoluto de la temporada pasada del 73-9, los Cavs de LeBron deberán defender su título conquistado en verano, los Spurs sobreponerse a la marcha de Duncan pero con la importante llegada de Gasol, los nuevos Knicks con quizás las última oportunidad de Rose de volver a la élite, la explosión como única estrella del equipo de Westbrook (claro candidato al MVP de la temporada), los siempre guerrilleros Celtics con la llegada de Horford para dar consistencia interior, y los renovados Bulls con el trío Wade-Buttler-Rondo que prometen hacer disfrutar a la ciudad del viento.
 
Los Warriors parten como favoritos por el fichaje del agente libre más codiciado del verano (con permiso de LeBron) y lo han incorporado a una plantilla muy armonizada y en la que puede encajar a las mil maravillas y convertir al equipo en la mayor amenaza exterior que se haya visto jamás. Quizás tener que renunciar a Bogut y Barnes les disminuye el potencial de banquillo pero el quinteto titular es de lo mejor que se haya visto junto jamás. Y si hay alguien que le gusten los retos ese es LeBron, que tras desafiar a todos con un 3-1 abajo en las finales para llevarse el anillo y entrar así en el olimpo de los mejores de la historia, este año quiere el más difícil todavía de derrotar al mejor equipo formado a base de talonario y coronarse así como el mejor jugador de la historia junto a Jordan (palabras textuales de James «persigo a un fantasma que jugaba en Chicago»).
 
De los contenders no hay que olvidar los siempre rocosos Spurs que pese a partir en un escalón inferior no extrañaría verles una vez más dando la sorpresa y llevándose el anillo. En el Este el territorio es de los Cavs y no hay ningún equipo que a día de hoy tenga el potencial de plantar cara a los de Cleveland, por lo que el camino a la Final será de nuevo más sencillo para James y compañía. Habrá que ver cómo reaccionan los Thunder a esa remodelación que han comenzado, y a cómo los Hawks aprenden a encajar a un Howard que cada vez asusta menos. Los Clippers ya cada vez asustan menos por sus problemas internos y a los Bulls les falta juego interior consistente, y por último queda ver si por fin Anthony Davis es capaz de plasmar su superioridad en la pista con victorias para sus Pelicans. Y por último los Pacers que si encajan bien al dúo George-Teague pueden dar muchas alegrías en Indianápolis.

El renacer de Wade

Dwyane Wade vuelve a sus orígenes, a su Chicago natal tras toda su carrera en la soleada Miami, donde era considerado el rey de la ciudad. Pero finalmente este verano la directiva de Miami no realizó una oferta decente por el escolta que enfadado decidió salir al mercado. Poniendo punto y final a su etapa en Florida donde llegó a ser el mejor jugador de la liga y quizás el mejor jugador de la historia de la NBA sin un MVP de la temporada.

Si las lesiones le hubieran respetado más hablaríamos de uno de los más grandes de la historia, de un jugador que prácticamente solo levantó un 2-0 desfavorable en las finales de 2006 frente a los Mavericks para acabar haciéndose con el anillo en lo que es considerada la mejor actuación individual en unas finales llegando a promediar 34,7 puntos a lo largo de los seis partidos de la serie y siendo nombrado MVP de las Finales.

En ese momento la NBA era suya, estaba en su mejor momento y se preveía que dominaría a sus anchas, pero comenzó su calvario con las lesiones  que impidiero que se viera su mejor versión con consistencia privándole de haber conseguido algún MVP de la temporada regular. Luego decidió unir a su proyecto a LeBron y Bosh para adquiriri títulos colectivos en vez de individuales demostrando su madurez. Ahora tiene un nuevo comienzo en su ciudad natal, sin su explosividad de antaño pero con una inteligencia más desarrollada y un mejor entendimiento del juego que todavía le siguen haciendo muy peligroso para el rival.

7 años sin Montes

La voz que amenizó todas las meriendas de mi adolescencia se marchó hace ya siete largos años. La voz que convirtió el deporte que adoraba en espectáculo, que hacía que un partido intrascendente fuese disputado, que convertía a un simple jugador en un mito con un simple mote, que hacía de las pajaritas su modo de vida y de los tiempos muertos los debates más variados se fue para no volver. Andrés Montes fue un pionero en lo suyo, nadie había sido capaz de llevar las retransmisiones deportivas a ese nivel y consiguió ser casi tan importante como el propio evento deportivo en sí. La pareja que formó con Antoni Daimiel quedará para el recuerdo de todos los aficionados al baloncesto y a la NBA en particular como el mejor comentarista de la historia.

Su paso por la sexta como comentarista de fútbol dejó mas sombras que luces, quizás porque el deporte no estaba preparado para su estilo pero aún así nos brindaste un último Eurobasket de Polonia en el que España se alzó con el oro (no se si fue casualidad o un homenaje del destino). Pero lo que sí tengo claro es que te debo mucho, muchas horas de diversión y carcajadas, momentos de tensión y felicidad plena. Cada partido que veo después de tu muerte me acuerdo de tí y creo que ese es el mejor homenaje que puedo brindarte, gracias de todo corazón Andrés Montes por hacerme partícipe de tu pasión por el baloncesto y por enseñarme esa filosofía de vida tan particular y tan bonita que nos dejaste resumida en esa frase que siempre te acompañará. Porque la vida puede ser maravillosa, aunque sin tí no está del todo completa.

La injusticia a Roger Brown

La NBA cometió una de las mayores injusticias de su historia con Roger Brown. Brown era uno de los jugadores más prometedores da High School en la década de los sesenta, incluso la Universidad de Dayton, Ohio, llegó a reclutarle pero su nombre apareció vinculado en uno de los mayores escándalos de apuestas deportivas de la historia de la NBA, el cabecilla de aquel escándalo fue Jack Molinas jugador de los Pistons que fue expulsado de la liga y que acabó siendo asesinado a manos del clan Genovese. Esto provocó el veto para Brown en la NCAA y la NBA por vinculación sin pruebas de su nombre a la trama.

El jugador acabó jugando para un equipo de la liga amateur de Ohio hasta que se fundó la ABA y los Indiana Pacers reclutaron a este extraordinario jugador. En palabras de quizás la mayor estrella de la ABA y quizás del momento Julius Ervins, alias Dr.J: “Los Pacers era el equipo con más clase de la liga, y Brown era el jugador con más clase de los Pacers”. Brown se proclamó tres veces campeón de la liga con los Pacers y cuatro veces acudió al All Star de la liga.

Tras la disolución de la ABA la NBA llamó a su puerta una vez que se demostró que no había ninguna prueba que relacionara a Brown con el escándalo, pero Brown no perdonaba a la liga su veto y rechazó ir. Para el que es considerado mejor jugador de la historia de los Pacers Reggie Miller: “Fue el mejor jugador de la historia de los Pacers”, casi nada. Años después un cáncer se llevaría su vida por delante allá por 1997 pero siempre quedará su juego y sus estadísticas para el recuerdo.

La NBA cerró su herida hacia Brown incluyéndole en el Hall of Fame en 2003 como homenaje a una carrera olvidada por un error de la liga que llegó a emitir un perdón público al jugador. Pero ya era demasiado tarde para habernos privado de ver a Brown entre los mejores.

Los Sixers sin excusas

Los últimos tres años los Philadelphia Sixers han realizado campañas que daban vergüenza, con la sombra del tanking siempre presente, se dejaban ir en busca de una buena elección en el draft. Pero tras tres elecciones potentes en el draft las excusas de plantilla joven ya no sirven, el debut tras dos años en el dique seco de Joel Embiid, más el pujante Nerles Noel y al gran rendimiento que ofreció el joven Okafor que fue el único que disputó a Towns el título de rookie del año, unido al número uno de este draft, Ben Simmons (que dicen de él que es el jugador más parecido a LeBron actualmente), debería llevarles a un salto competitivo, no apra llegar a los playoffs, eso sería una utopía, pero si para no ser los últimos de la NBA otro año más.

Tras varias temporadas para el olvido en Philadelphia están expectantes de ver a un Simmons que promete no dejar a nadie indiferente. Los Sixers necesitan a una estrella NBA que no tienen desde el traspaso que llevó a Iverson a los Nuggets. Estábn en la conferencia más cómoda para conseguir victorias y seguir creciendo, y es un equipo joven y con mucho que demostrar. Los minutos para desfogarse de los novatos serán muchos y con ello la capacidad de crecer antes e ir cogiendo el ritmo NBA más rápido. Si las lesiones respetan al equipo estaremos ante la gestación de uno de los equipos que pretenden llegar a dominar la NBA en algunos años, cuando sus estrellas sean maduras y lleven más de una o dos temporadas a sus espaldas.

Fin a la primera generación del siglo XXI

Con el comienzo del nuevo milenio llegaron unos jugadores que estaban llamados a ser los sucesores de Jordan. Jugadores que tenían que soportar las comparaciones con el mejor jugador de la historia noche tras noche sin venirse abajo, una presión que devoró a más de una promesa. Y de esa generación surgieron nombres que han dominado el baloncesto desde hace casi veinte años. Son los Kobe Bryant, Tim Duncan y Kevin Garnett.

Se trata de tres jugadores diferentes de carácter pero iguales en su pasión por el baloncesto. Son los que han dado noche tras noche a muchos adolescentes como yo momentos inolvidables, partido épicos y series de playoffs que bien podrían ser las finales por la intensidad de los partidos. Los Spurs-Lakers de principios de siglo fueron los partidos que decidían quién era el campeón de la NBA pese a ser de la misma conferencia. Ver a O´Neill y Bryant contra Duncan y Robinson era puro basket. Garnett tenía su pedacito de protagonismo por ser un fuera de serie pero su equipo nunca estuvo a la altura de su calidad.

Va a ser difícil para mi generación ver comenzar una nueva temporada sin estos tres nombres, jugadores irrepetibles que hicieron que tras la segunda retirada de Jordan la NBA siguiera siendo más que interesante, sin llegar a ser el negocio de agentes libres y contratos televisivos en lo que se ha convertido ahora. Donde se permitía más el contacto, las pizarras y las defensas eran innegociables y dónde el triple no era el principal arma ofensiva de los equipos sino que lo era el pívot sobre el que se construía el equipo.

Tres jugadores, 11 anillos entre los tres, todos con al menos un MVP de la temporada y del All Star, tres tipos tan distintos como irrepetibles que no han parado de batir récords a lo largo de su carrera y que sin ponerse de acuerdo han decidido dejarnos en la misma temporada para valorar y disfrutar de sus mejores momentos, como en muchos casos de grandes jugadores, ahora que ya no están en activo. Gracias a siglo XXI, a la Mamba Negra y a Big Ticket por tantas horas de entretenimiento.

Briscker el mercenario

El nombre de John Briscker no es uno de los más recordados o más famosos entre los aficionados al baloncesto, pero su historia es una de las más curiosas de la historia de la NBA. El jugador nacido en Detroit fue uno de lo más conflictivos jugadores que haya pasado por la ABA y la NBA. Tras destacar en su Detroit natal y formarse en la universidad de Ohio, donde ya comenzó a mostrar su fuerte carácter que siempre lastró su talento anotador (las continúas peleas con rivales y compañeros eran el pan de cada día hasta que en su último año fue expulsado del equipo), su fama de problemático le llevó a ser descartado por las franquicias de la NBA en el draft de 1969, que tendría como número uno a Lew Alcindor, teniendo que conformarse con la ABA.

Los Pittsburgh Pippers fueron los que apostaros por este alero que aunaba talento y conflictos a partes iguales. Ya en su primera temporada demostró su talento al promediar 21 puntos por partido, y podría haber sido considerado una estrella sino fuera por sus problemas extradeportivos, como lo de ir acompañado de una pistola en su mochila a cada entrenamiento o partido o amenazar a su entrenador con el arma si no lo ponía de titular en un partido. Ya en su segunda temporada un árbitro tuvo que retrasar el inicio de la segunda parte de un partido porque Briscker estaba peleándose con medio equipo suyo en el vestuario. Su situación comenzaba a ser insostenible ya cuando se negaba a salirse de la pista cuando su entrenador decidía cambiarlo, incluso en una ocasión, el entrenador rival tuvo que pedir tiempo muerto para que Jack McMachon, entrenador de los Pippers, pudiera retirarle de la pista. Brisker accedió y se marchó de la pista pero en lugar de sentarse en el banquillo cogió sus cosas y salió del pabellón.

Fue convocado para el All Star de la ABA en su segunda temporada, donde promediaba 29 puntos por partido, y allí dejó uno de los episodios más bochornosos jamás visto. A cada jugador le embolsaban 300 dolares por participar en este partido, por lo que al acabar el mismo Briscker subió como una exhalación a donde se encontraba el comisionado de la ABA, Jack Dolph, y ante la mirada de todo el pabellón zarandeó hasta que obtuvo de la cartera del comisionado los 300 dolares. Acto seguido se marchó del pabellón a fundirse el dinero en el nuevo vicio que le consumía, la cocaína. Todas estas actuaciones hicieron que su situación en la ABA fuera insostenible, y tras pasar por los Supersonics de la NBA donde se enfrentó hasta con Bill Russel, su entrenador, decidió poner fin a su etapa de jugador y marcharse como mercenario a Uganda a las órdenes del ejército de Idi Amin Dada.

El final de Briscker es incierto, hay varias teorías entre las que se encuentran las de que fue asesinado por el propio Dada tras rebelarse éste, la de que fue asesinado en el golpe de estado contra Dada, y la última en la que se dice que finalmente no fue a Uganda sino que fue a la Guayana donde compartió fatal destino con otras 918 persona en la masacre de Jonestown. Otros sin embargo creen que sigue vivo en algún páramo africano donde finalmente encontró la paz que no encontró nunca en EEUU.

Cuando todo cambió para Rondo

Rajon Rondo siempre destacó en la práctica del baloncesto ya desde temprana edad en su Louiseville natal, sus promedios desde el college hasta el high school hacían presagiar un gran futuro en el deporte de la canasta. Pero como muchas grandes promesas las malas compañías comenzaron a hacer mella en la vida del jugador. Su vida nocturna comenzó a ser más ajetreada y sus amistades comenzaron a ir por unos derroteros poco adecuados.

Por aquella época Rondo era un buen jugador pero no estaba del todo centrado en el baloncesto, se lo tomaba más como una diversión y pasatiempo que como algo serio. Pero todo cambió un día en su último año de universidad. Su íntimo amigo de la infancia Spencer Ronson fue tiroteado a causa de un ajuste de cuentas, o eso se cree todavía, provocándole la muerte en el acto. Esta noticia cambió para siempre a Rondo que recibió la noticia como un aviso de su peligrosa vida extradeportiva, centrándose exclusivamente a partir de entonces en lo que mejor sabía hacer que era jugar al baloncesto. El jugador además en homenaje a su amigo se hizo un tatuaje en la espalda en su honor para según él mismo «tenerle siempre presente, él me guardará las espaldas, estoy completamente seguro que allí donde esté cuidará de mí»

La historia posterior ya es conocida, Rondo se presentó al draft donde fue elegido por los Phoenix Suns en la posición 21. pero inmediatamente lo traspasaron a los Celtics donde conquistó el anillo junto a Garnett, Pierce y Allen. Pero quien sabe qué hubiese sido de la vida de este base de haber seguido su mala vida, podría haber acabado como su íntimo amigo privándonos así de uno de los mejores bases de los últimos años.