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Campeón al aguante

El Atlético de Madrid se llevó el derbi de la Supercopa de Europa tras llegar mejor físicamente al tramo final de un partido que fue extenuante pese a ser casi de pretemporada. Los dos equipos mostraron sus cartas, con un Atlético que anotó el gol más rápido de la historia de la Supercopa de Europa y que cedió todo el dominio al Real Madrid durante la primera parte en la que los de Lopetegui tuvieron la posesión e hicieron daño moviendo rápido el balón pero que pese al gol de Benzema siguen necesitando con urgencia la figura de un 9 de garantías arriba.

Aún así dio la vuelta al partido el Madrid tras una mano absurda de Juanfran en el área, pero el Atlético, con una exhibición absoluta de Lemar, no se rindió y tras un fallo de Marcelo lo aprovecharon para empatar por medio de un Diego Costa que estuvo en todos lados anoche. El haberse quedado en Madrid con el profe en vez de ir a hacer la gira italiana le ha dado sus frutos y estaba anoche con una velocidad punta superior a culaquiera de sus rivales.

Simeone tras el empate movió su fondo de armario y en la prórroga una obra de arte de Saúl, que sigue con su obsesión de sólo anotar golazos, puso por delante al Atlético que se mostró tremendamente superior en el tiempo extra. El partido lo cerró Koke para llevarse la tercera Supercopa para las vitrinas del Metropolitano y convertir a Simeone en el entrenador más laureado de la historia del Atlético. Pinta muy bien este equipo de el Cholo al que se le va a exigir mucho pero que parece preparado para todo.

Nuevo derbi europeo

La pretemporada llega ya a su fin y comienzan los grandes partidos y el de este miércoles entre Real Madrid y Atlético es uno de los platos fuertes de la temporada. El ganador de la Champions y el ganador de la Europa League se la juegan en un estadio ridículo elegido por una UEFA que debería dar explicaciones por tal designación que hace imposible disfrutar al máximo de este espectáculo y priva a los clubes de su bien más preciado: el apoyo de su público.

Pese a todas las complicaciones de la sede ambos equipos llegan con sensaciones contradictorias, el Madrid tras el palo que supuso la marcha de Cristiano rumbo a la Juve y no haber realizado fichajes de renombre, se sobrepuso a su primera derrota ante el Manchester United y ha ganado sus últimos tres encuentros amistosos con buenas sensaciones y el optimismo impera su expedición. El Atlético por su partía ha formado la mejor plantilla de su historia pero las lesiones y la tardía incorporación de sus internacionales no le han permitido brillar tanto como le hubiese gustado a su técnico Simeone que apenas ha podido contar con Griezmann Costa y Lucas en el equipo.

Será una buena ocasión para ver en partido oficial al fichaje más caro de la historia del Altético, Thomas Lemar, que ha dejado buenos detalles en lo poco que se le ha podido ver. En el Madrid el morbo estará en la portería ya que el fichaje de Courtois y sus posteriores declaraciones han escocido en la parroquia colchonera y su rivalidad con Keylor Navas por el puesto de titular también será la comidilla de cada fin de semana para Julen Lopetegui a lo largo de la temporada, y este partido puede ser el indicativo de su hoja de ruta.

La primera de Messi

El Barcelona se llevó anoche el paripé en el que se ha convertido ese torneo antes conocido como Supercopa de España. Además se estrenó y con sumo acierto el VAR en un partido de competición española con gran éxito ya que los dos primeros goles del partido fueron revisados y concedidos pese a su anulación previa por parte de los asistentes. Y además trajo consigo el primer título de Messi como primer capitán del Barcelona y su título individual número 34, convirtiéndolo en el más laureado de la historia del Barcelona con un palmarés desmesurado.

El partido tuvo poca historia, las fechas y el ambiente del estadio no acompañaron, y se notó que ambos equipos están todavía en fase de rodaje. El Barcelona mostró que ha encontrado en Arthur esa pieza que le faltaba en la medular para acompañar a Rakitic y a Busquets. También sirvió para corroborar que Messi sigue siendo letal en las faltas en la frontal, ya que el primer gol de Piqué fue merced a un rechace del poste de un disparo de falta de la pulga. También dejó claro que Alcácer debe buscarse una salida del equipo ya que no fue descartado por Valverde en favor de Munir.

Por parte de el Sevilla se vio a un equipo muy ordenado, con la clara influencia de su ya entrenador Machín, y con la vuelta a los tres centrales con un Navas que cada día actúa mejor de carrilero derecho y que se entiende de maravilla con Sarabia por esa banda derecha de el equipo. Roque Mesa también parece que ha cogido los galones que le faltaban para asentarse de titular junto a Banega que estuvo más gris que de costumbre anoche. Pero si por algo pasará a la historia este partido en Tánger es porque fue el primer título que levantó un tal Leo Messi con el brazalete de capitán.

Algo totalmente innecesario

El Real Madrid oficializó a Thibaut Courtois como su último fichaje y realizó el acto protocolario de su presentación. En ella el belga ofreció una serie de respuestas empalagosas y preparadas obviando su pasado rojiblanco y perdiendo el cariño que se había ganado merecidamente de la parroquia colchonera que además no había entendido su fichaje por el Madrid como una traición ni nada por el estilo. Bien es cierto que contar con Oblak en sus filas ha ayudado a digerir mejor este fichaje. Aún con eso el meta no dudo en besar hasta en cuatro ocasiones el escudo madridista.

Pero Courtois con todo, dejó perlas poco amigables y sin rastro alguno de cariño por el club que le dio a conocer en el panorama internacional y del que, pese a su buen rendimiento en el Chelsea, no ha alcanzado cotas de nivel tan alto como con la elástica colchonera. Con ella se convirtió en el mejor portero que había en el momento y desbancó a Cech tras una década como titular del Chelsea para defender la portería de Satamford Bridge durante los últimos cuatro años en los que ganó dos Premier League.

El Real Madrid ficha a un gran portero joven por un buen precio teniendo en cuenta el mercado actual, pero se encuentra con el dilema de Keylor Navas, que tras varios años a gran nivel no va a rendirse y conformarse con ser suplente de Courtois. Sus tres Champions consecutivas como portero titular del Madrid y con actuaciones que han salvado a su equipo le avalan. De momento el destino ha querido que el primer rival oficial del Real Madrid sea el Atlético de Madrid en la Supercopa, donde Lopetegui debe empezar a decidir cuál será su portero de confianza.

Hemos perdido el norte

Se confirma que Kepa Arrizabalaga se convierte en nuevo jugador del Chelsea previo pago de 80 millones de euros en la sede de la Liga (su cláusula) convirtiéndose en el portero más caro de la historia y en el traspaso más alto por un jugador español realizado jamás. Todo ello tras haber disputado más partidos en segunda división que en primera lo que hace evidente la inflación que ha sufrido el planea fútbol tras la barbarie desembolsada por Neymar el verano pasado.

Kepa deja así el Athletic tras haber renovado en Enero pasado con el club bilbaíno tras las tentativas realizadas por el Real Madrid que querían aprovechar que este verano el guardameta vasco quedaba libre para poder firmar con cualquier equipo. Una situación similar a la que ha vivido Courtois y que ha llevado al Chelsea a afrontar este desembolso excesivo y que junto con el de Allison al Liverpool hacen que los años venideros las distancias entre los grandes clubes más los de la Premier (gracias al acuerdo televisivo astronómico alcanzado) se conviertan en insalvables en muy poco tiempo.

Para Kepa es cierto que es un paso adelanta en su carrera, además de estar convencido de tener más posibilidades de ser titular con España en un equipo internacional y con más eco mediático que su Athletic, pero el poso que deja un desembolso así, por un portero, es preocupante. El fútbol por desgracia hace tiempo que dejó de ser un deporte para convertirse en un negocio que está cargándose toda la emoción y competitividad que tanto atraía años atrás.

El Barcelona por fin hace bien las cosas

Con el nombramiento de Abidal como director deportivo del Barcelona fui muy reticente. Un ex jugador sin experiencia en esta materia, que afrontaba un periodo de fichajes muy complicado tras la negativa de Griezmann y la dificultad de vender a algunos jugadores inservibles para el Barcelona. Pero con pocas semanas en el cargo, su política de fichajes está siendo ilusionante para una afición acostumbrada a las decepciones en el tema de fichajes en los últimos veranos.

Las llegadas de Arthur, Lenglet y Malcom dan un aire rejuvenecido a una plantilla que necesitaba con urgencia una fuerte ventilación. La marcha de Iniesta y la venta de jugadores abandonados en el ostracismo del club como Douglas, Digné o Aleix Vidal han dado incluso más valor a la gestión del francés. Y su última guinda es la contratación de Arturo Vidal para calmar el enfado de Valverde tras la salida imprevista de Paulinho rumbo a China de nuevo. E fichaje del chileno, que rondará los veinte millones de euros, me parece un acierto en cuanto a reforzar una segunda unidad que siempre ha lastrado al equipo sobremanera desde la época de Guardiola.

Si además se confirma la marcha de un lesionado André Gomes al West Ham se puede decir que ha sido un verano perfecto en Can Barça y que el equipo, bien retocado en las zonas más débiles del año pasado, vuelve a infundir ese miedo que perdió con Roura y el Tata y en menor medida con Luis Enrique. Valverde tiene una plantilla amplia, con calidad y variantes varias en función del contrario que hacen que el Barcelona pro fin esté bien planificado desde la base, y no que se encomiende a que Messi tenga que tapar todos los despropósitos de la gestión deportiva desde el césped.

Gran fichaje el de Merino

La Real Sociedad necesitaba dar un golpe de efecto en su plantilla después de una temporada con más decepciones que alegrías. Con la salida en navidad de Carlos Vela y la ya anunciada para verano de Xabi Prieto, junto con la de Carlos Martínez (aunque esta última en menor medida), dejaban falta de referentes a una plantilla a la que le faltaba algo de mordiente para aspirar de nuevo a puestos europeos. La marcha de Odriozola rumbo al Bernabéu tampoco ha ayudado al equipo.

Pero en estas los canteranos con calidad como Oyarzábal (que ha asumido el dorsal 10 del capitán Prieto) o Illarramendi deben dar un paso adelante. Además y siendo un fichaje poco sonado han traído al navarro Mikel Merino, un jugador desconocido en España pero que se fue al Dortmund como promesa para acabar triunfando la temporada pasada en el Newcastle y convertirse en la gran esperanza txuriurdín de esta temporada.

Merino lo tiene todo para triunfar en el fútbol español, clase, visión de juego, y una velocidad en conducción con el balón que le hacen desequilibrante para cualquier defensa y que le permiten abrir espacios y opciones de ataque para el resto de compañeros. Le falta madurar todavía algo su juego, pero estamos ante un jugador muy joven que viene con muchas ganas de demostrar lo gran futbolistas que es y que fue petición expresa del nuevo entrenador donostiarra Garitano que puede sacar la mejor versión del medio como ya hiciera el año pasado con Gabriel Pires en el Leganés. Mucha calidad ha fichado para su centro del campo la Real, solo hace falta que encaje tan bien como se prevee.

Mourinho y su cuento de siempre

Un año más no ha comenzado la Premier League y Mourinho ya ha comenzado a llorar por problemas de fichajes y de calendario. La historia de todos los años se repite, aunque lo curioso es que este año se da antes que nunca, antes incluso de que comience la temporada. El técnico luso, tras ser vapuleado por el Liverpool 1-4 en Portland, comentó en rueda de prensa que había dado una lista de cinco fichajes a los dueños del club y que a su vuelta de vacaciones no había recibido ninguno, y que tampoco ya lo esperaba.

Lo que se olvida Mourinho es de que lleva dos años realizando inversiones titánicas para el primer año entrar en Champions gracias a ganar la Europa League (ya que vías Premier quedó quinto muy alejado de la cuarta plaza) y que el año pasado tras los fichajes millonarios de Lukaku, Lindeloof o Matic, más la incorporación en invierno de Alexis Sánchez a petición expresa de Mourinho, y el técnico fue apeado en los octavos de final de la Champions ante el Sevilla en su propio estadio y en ningún momento llegó a ser rival del Manchester City en la lucha por la Premier League. Un bagaje paupérrimo para la inversión realizada.

Con todo el de Setúbal tiene la desfachatez de insinuar que va a ser incapaz de aspirar a ningún título, que con su plantilla actual (tiene a varios jugadores de vacaciones todavía por el Mundial) no se ve capaz de ganar el primer partido de Premier League ante el Leicester y que todo vuelve a estar en su contra. Como si alguien perdiese un minuto en hacer la vida imposible a un entrenador que lleva años de capa caída, que ya no es el que era y al que parece que pese a renovar su tiempo en el banquillo de Old Trafford no será tan largo como él sospechaba.

Griezmann, el triunfo de lo colectivo

El Mundial de Rusia ha dejado en clara evidencia que el fútbol es un deporte de equipo. No se puede ir a ningún lado con sólo individualidades si no se tiene un bloque compacto que trabaje como uno solo. Así Francia, a la que muchos han criticado durante el Mundial pero que ha dejado en la cuneta a rivales de la talla de Argentina, Uruguay y Bélgica sin necesidad de prolongar los 90 minutos que dura un partido, ha sabido formar un bloque compacto en el qeu sus dos máximas estrellas (Griezmann y Mbappé) han trabajado para y por el equipo como requería su selección.

El Mundial de Antoine Griezmann ha sido una demostración del jugador total que ha moldeado Simeone en el Atlético de Madrid. Un jugador que es el primeo en defender y que no necesita mas que una ocasión para anotar. Su efectividad de goles por disparos realizados es altísima, y su despliegue físico por el campo es enorme. No le tiemblan las piernas si tiene que actuar de lateral cuando su equipo está sufriendo, ni tampoco cuando hay que anotar en una de las escasas aproximaciones al área.

Así ha sido el mejor jugador del equipo campeón de la Europa League (con dos goles y MVP de la Final incluido) y mejor jugador de la selección campeona del mundo (con un gol, dos asistencias y de nuevo MVP de la Final). Nadie tiene un bagaje tan grande como el de Macon que además representa que pese a tener el talento de los mejores se esfuerza como el que más, y ese es el mejor premio que se le puede otorgar a Griezmann.

Luis Enrique y la mano dura

Con Luis Enrique ya como seleccionador de facto de España parece que se avecina un cambio. La reestructuración de la selección parece un hecho con la llegada del asturiano al banquillo al que no debería temblarle el pulso a la hora de tomar decisiones impopulares o a contracorriente de la prensa. Ya en su presentación dio muestras de su estilo, directo, con personalidad y sin ningún problema si tiene que enfrentarse con la prensa en algún momento de su proyecto al frente de la selección.

Luis Enrique no tiene una trayectoria extensa en los banquillos, pero tiene lo que realmente hace falta en la selección que es decisión firme. Es el momento de dar un giro a esta selección y un lavado de cara para que jueguen los que realmente se lo merezcan sin importar el nombre y sobre todo, para recuperar una identidad que en el Mundial de Rusia brilló por su ausencia. El juego de posesión absurda que desarrolló el equipo español, sin capacidad de respuesta desde el banquillo dejó a las claras por dónde debe ir dirigido el cambio de rumbo.

De momento ha comentado que su lista de seguimiento es mayor de setenta nombres, que a partir de ahí comenzará la criba hasta llegar a los 23. Lo mejor para el equipo es que no adquiera ninguno de los vicios de los seleccionadores anteriores y desarrolle para bien o para mal su estilo propio, sin importar las críticas o la opinión del resto. Mucho trabajo por delante, pero con una gran recompensa en el horizonte si se hacen las cosas bien.