Archivo de la etiqueta: Fracaso

Eric no vale

Lo que era una sospecha se ha terminando confirmando. El nivel de Eric García no es para ser titular en un equipo puntero y mucho menos para ir a la selección, algo que habla muy mal de Luis Enrique en esta elección. Tras haber pasado el año en blanco en el Manchester City y una Eurocopa nada reseñable esperaba a ver su nivel a nivel de club. Peor ya en su segundo partido en el Barcelona acabó expulsado tras un fallo garrafal en San Mamés, dejándome ya con muchas dudas respecto a su rendimiento y en especial a su gran déficit, la velocidad. No es un defensa rápido, algo fundamental para equipos que juegan tan adelantados, dejando muy al descubierto sus carencias. Y si a esto añadimos además su altura, muy escasa para un central y al que es fácil ganar en cualquier salto dividido y balones aéreos, tenemos una combinación de jugador que no da la talla. Tiene toque y salida de balón, pero si no sabe defender se convierte en algo inservible como virtud para un central. Quizás adelantar su posición y como medio defensivo con buen trato de balón le pueda venir bien, pero a día de hoy es un coladero tanto en su club (ayer ante el Benfica fue la enésima demostración) como con la selección (su partido ante Suecia fue bochornoso). No se puede hablar de mal fichaje ya que llegó gratis, pero su rendimiento dista mucho de repetir la fórmula que se hizo con un Piqué que si que es cierto que ha rendido a un nivel altísimo durante años en el Barcelona. Otro quebradero más de cabeza para la directiva azulgrana…

El gran fracaso de Laporta

Con las elecciones y la vuelta a la presidencia del Barcelona de Joan Laporta los barcelonistas se las prometían muy felices, con promesas de mejorar bien el equipo y de retener a toda costa al mejor jugador de su historia Leo Messi. Pues según se han sucedido los meses los fracasos se han sucedido en can barça y con el cierre de mercado se ha puesto la guinda a un proyecto arriesgado, complicado y que no sólo no parece haberse reforzado sino que parece haber salido muy mermado de este verano.

Es cierto que la situación heredada era de lo más precaria, pero tras la no renovación de Messi ante la imposibilidad de inscribirle se han sucedido movimientos como la reducción del salario de los pesos pesados como Piqué, Busquets o Jordi Alba en vez de tratar de realizar un fichaje ilusionante se ha optado por desprenderse de Griezmann, y digo desprenderse por no decir regalar, y traer a un descarte del Sevilla, dejando claro que el movimiento es absurdo e inexplicable.

Si no fuese por la irrupción de Memphis Depay, fichado a coste cero y con gran incertidumbre tras no cerrar el fichaje del mismo modo de su compatriota Wijnaldum, el Barcelona ahora mismo tendría un problema gordísimo en el equipo, con el Kun lesionado hasta Noviembre y con su ilusión de jugar junto a su amigo Messi hecha añicos, ver de titular los tres partidos de liga a alguien como Braithwaite en el Barcelona deja claro que la planificación no ha sido buena, que la revolución que propuso Laporta no es tal y que la temporada puede ser muy larga para un equipo cogido literalmente con pinzas y sin margen de error.

Otro año a la deriva

El Arsenal se enfrentaba a un partido complicado en casa ayer. Era el derbi, ante el campeón de Europa, con el debut del fichaje estrella de la Premier hasta el momento y todo salió mal. A los quince minutos ya Lukaku había puesto por delante a los de Tüchel tras un error defensivo garrafal de la zaga gunner, el talón de aquiles del equipo desde hace años.

Pero lejos de espabilar, se vieron todas las carencias del equipo, un equipo sin fuerza ni ganas, es verdad que jugaron sin un 9 debido a las bajas pro Covid, pero aún así, crearon poco peligro y fueron un juguete a manos de un Chelsea que cuando quiso apretar se llevó el partido sin dificultades.

Arteta ha vuelto ha gastar un fortunón en fichajes y y aparecen un fracaso en la segunda jornada del equipo, con dos derrotas consecutivas y con la visita al Etihad en la próxima jornada que parece que puede provocar un cataclismo a un equipo que este año no juega competición europea, lo que hace que el año sea más duro y largo para sus aficionados.

La historia de siempre

El que parecía por fin el año de asentamiento de Martin Odegaard en el Real Madrid parece que va camino de convertirse en la enésima cesión de un jugador que ha demostrado tener calidad de sobra como jugador, pero no madera de estrella, sobre todo mentalmente, donde parece más frágil de lo debido, y eso en un club como el Real Madrid es imperdonable ya que no espera a nadie, sólo los mejores juegan y la competencia es brutal, y eso el noruego parece que es incapaz de aguantarlo. Y este año ya no hay excusas, Ancelotti cuenta con él, le gustaría tenerle en el equipo, pero él o no se adapta al club o no se ve capaz de competir por el puesto y convivir con la presión. El Arsenal que acabó muy contento con su cesión del año pasado ya ha iniciado contactos con el Real Madrid para tratar de tenerlo otro año más e incluso de comprarlo en propiedad si el club blanco está dispuesto, y tras la filosofía que ha llevado este verano Florentino tampoco se puede descartar esto último.

Este problema ya ha sido recurrente con Odegaard en el Madrid, ya desde su mediático fichaje cuando tan sólo tenía 16 años, sus cesiones en Holanda, su explosión en la Real Sociedad y su asentamiento en le Arsenal han tenido un denominador común, salida del Madrid por no estar preparado ara luchar por el puesto. Si este año definitivamente decide salir del club yo ya no le esperaría más e intentaría sacar una buena cantidad por él ahora que todavía tiene mercado ya que no me parece un jugador preparado para soportar el puesto de centrocampista del Real Madrid. Su marcha en invierno pasado con el consentimiento de Zidane, con Modric y Kroos ya sobrecargados de minutos dejó claro que el jugador no está para jugar o quizás algo pero, su actitud no es la mejor para ganarse el puesto lo que sería aún más preocupante.

Nuevo Fracaso Philadelphia

Como si se tratara del cuento de nunca acabar, los Philadelphia 76ers han vuelto a fracasar en su intento de conquistar el anillo mucho antes de lo que deberían, en el séptimo partido ante los Atlanta Hawks, y en su estadio con su público. El partido deja varios cadáveres, sobre todo el de Ben Simmons, un jugador que ha demostrado que no está para ser el escudero de Joel Embiid, quizás el único que ha dado algo la talla en este equipo pese a estar renqueante de la rodilla tras el susto de primera ronda ante los Wizards., y el de un Doc Rivers que ha naufragado estrepitosamente desde su salida de Boston tanto en los Clippers como este año en los 76ers.

Y este parece el punto final de un proyecto que siempre aspiró a más pero que nunca llegó a las cotas esperadas. Ahora con Daryl Morey en los banquillos se intentará una reconstrucción fuerte en torno a la figura de Embiid, veremos si con Rivers en el banco, y que necesita imperiosamente desprenderse de los millones asegurados de Simmons a toda costa. Ahora todos se preguntan qué hubiera pasado si hace des veranos hubieran apostado por Jimmy Buttler en vez de por Simmons, dónde estaría este equipo, que con Buttler en el banco se quedó a una canasta, aquella fatídica de Kawhi, de llegar a una final y ganarla debido a las bajas de los Warriors en aquel año.

Pero es momento de mirar hacia delante, es el momento de hacer un proyecto de verdad ganador para una ciudad tan importante como Philadelphia y que lleva desde 2001 sin pisar las finales de la NBA. Ha llovido mucho desde esa época de Iverson, y más aún de la del Dr J y Moses Malone que llevaron al equipo a su único título de la NBA. Es el momento de tomar decisiones drásticas por el bien del equipo y tener claro que todos son prescindibles salvo Embiid. Y a partir de ahí volver a tener un equipo ganador que en los momentos decisivos no se venga bajo como ha pasado a este ya famoso proyecto Trust the Process.

Sin alma

El Fútbol Club Barcelona evidenció su mayor carencia desde hace años en la final de la Supercopa ante el Athletic de Bilbao. La falta de alma y espíritu de equipo. Los más veteranos no aportan ningún tipo de liderazgo (salvo Piqué que ahora mismo está lesionado de larga duración), y los nuevos no pueden dar el paso adelante necesario por ser demasiado jóvenes o llevar poco en el equipo. Es una lástima ver que el trabajo y la progresión de Pedri, De Jong o Dest se vea así de frenada e incluso enturbiada por un ambiente institucional y deportivo de lo más extraño que he visto jamás.

Y para mí el principal culpable es Messi, el portador del brazalete, el mejor jugador del mundo, alguien que no ayuda con su actitud ni sus maneras (y no lo digo por la expulsión ni mucho menos) a que el equipo se sobreponga a su preocupante debilidad defensiva. Messi no lidera al equipo como debería, ahora no se necesita a un Messi que marque hat tricks día si y día también como antaño, ahora necesitan a un Messi implicado que ayude al equipo en defensa y en ataque, que se le vea con ganas de comerse el partido, y ahora mismo el argentino está muy lejos de eso, y tristemente poco a poco va manchando su expediente con finales perdidas que no debería haber perdido.

Lo peor es que este título y el torneo podían haber servido para espolear un equipo claramente herido, con mucha fragilidad y que no domina los partidos como antaño con balón y que no sabe transicionar defensivamente. Es tan simple como presionar arriba y en defensa cerrar huecos centrales para desactivar a un equipo sin ideas y viciado en las mismos claves de ataque de años anteriores pero sin los jugadores necesarios para ello. El mercado de invierno está abierto, pero la caja del Barcelona está vacía, las elecciones a la presidencia se han retrasado y los socios están sin ilusión y con el temor de años de travesía por el desierto del club debido a las malas gestiones de la última directiva a la que se le hizo moción de censura y tuvo que acabar dimitiendo. mientras tanto el equipo va a sufrir para acceder a los puesto d Champions para el año que viene, ya ni pelear por la Liga se puede hablar para este Barça.

La historia interminable

Parece mentira pero otra temporada más se repite la historia con el Arsenal una vez más. Un equipo que cada temporada se fija objetivos muy elevados y que gasta millones excesivos en fichajes no tan determinantes y que acaba pagando esa mala política directiva. Sus últimas adquisiciones millonarias como Lacazzete, Pepé o Thomas no hacen sino llevar al club a la deriva y ver cómo ya el jugar la Champions League y ser el cuarto en la Premier es mas que una quimera.

La llegada el año pasado de Arteta trajo un soplo de aire fresco, los gunners vencieron en la final de la FA Cup al Chelsea remontando incluso el partido, y lejos de ser algo pasajero vencieron al Liverpool en los penaltis en la Community Shield y comenzaron la Premier con tres victorias consecutivas desatando la euforia, se unió además el fichaje de Thomas el último día de mercado, todo parecía perfecto.

Pero apenas dos meses más tarde el club está aun paso de despedir a Arteta, se encuentra a tan sólo cinco puntos del descenso y el líder ya le saca doce puntos. Un descalabro descomunal que hace que ya su temporada sea a remolque y sin expectativas desde diciembre. Es triste ver cómo un club con el poder y la capacidad económica del Arsenal pena por la tabla y por la Europa League cuando debería estar luchando por las cuatro primeras plazas de la Premier y por llegar a octavos cada año. Veremos el bandazo que da la directiva en el banquillo, pero me temo que esta situación parece el día de la marmota para el club del norte de Londres.

Y ya van 3

Incomprensiblemente el Inter de Milán quedó apeado ayer do toda competición europea en la última jornada de su grupo de Champions. Lo más curioso es que por tercer año consecutivo dependía de sí mismo en el último partido y tampoco consiguió ganar quedando como último de grupo y sin acceso ni a la Europa League. Tres años consecutivos en los que no ha sido capaz de pasar la fase de grupos y que empiezan a convertirse en una losa muy pesada y dejan muy tocado un proyecto de mucha inversión de dinero para que haya sido adelantado por Shakhtar y Borussia Mönchengladbach.

Conte además acabó muy mosqueado el partido, tuvo un rifi rafe con Capello al final del partido a raíz de una pregunta dura del también técnico italiano, y volvió a demostrar lo rígido que es, dejando a Eriksen otra vez en el banquillo pese a la falta de efectivos. El Inter no encontró ninguna manera de crear peligro a los ucranianos salvo en los instantes finales más por aglomeración de futbolistas y empuje que por ocasiones y fútbol.

Si ya el año pasado se rumoreó la marcha de Conte, su mala relación con la directiva y parte del vestuario, este año el ambiente es más enrarecido si cabe, en Serie A, su máximo objetivo desde ya, al menos va segundo por detrás de su vecino AC Milán, pero su fiabilidad ha sido nula y es de los equipos de cabeza el más goleado de todos. Otro fracaso para el proyecto del Inter que no acaba de despegar y que ayer quizás tocó fondo. Lo único bueno es que ya más bajo es difícil caer.

Se ha quedado corto

El Fútbol Club Barcelona ha cerrado uno de los veranos más complicados de su vida con muchas dudas y con mucho trabajo no realizado. La idea era hacer una pequeña revolución, dejando salir (por no decir regalando) a varios pesos pesados, pero con la idea de traer jugadores nuevos que reforzaran esas posiciones que quedaban cojas sin estos futbolistas. Pero nada más lejos de la realidad el mercado se cerró y el Barcelona ha cerrado una plantilla corta y carente en muchas posiciones de jugadores específicos.

En la delantera, es el gran agujero negro del equipo, ni un solo 9 puro. Lo más parecido es Braithwaite, que no parece que vaya a contar para Koeman y cuyo nivel quizás está lejos del Barcelona. La idea es que Messi juegue de falso 9, como idea está bien pero en partidos atascados como el último ante el Sevilla donde hay que abrir el campo y los espacios por el centro son limitados, la figura de un delantero que fije centrales se hace imprescindible y a día de hoy el equipo no la tiene.

El centro del campo ha tenido un buen lavado de cara, las marchas de Rakitic, Vidal y Arthur, unido al cambio de dibujo, hacen que se pueda recuperar la mejor versión de un Coutinho que se le ve feliz y cómodo sobre el campo. La dupla de Pjanic-De Jong habrá que verla, de momento no han jugado juntos prácticamente, pero promete al menos la idea de que el holandés tenga más llegda al área y que no sea un sólo jugador como hasta ahora el que frene los contrataques rivales cuando el equipo se parta.

Pero en defensa, el gran agujero negro del equipo en los últimos años, no ha cambiado nada. Sólo Dest como lateral derecho para confeccionar una defensa que salvo Piqué, no suele ser muy regular, Alba ya se lesionó otra vez más en el último partido y su recambio continúa siendo Júnior Firpo que desde que llegó no ha convencido a ningún técnico. El lateral de momento lo sigue ocupando un Sergi Roberto que cada vez aporta menos tanto de lateral como de centrocampista y que sonó con fuerza para abandonar el club (quizás al ser de la casa se tuvo más mando derecha).

Y la peor parte es el banquillo, un club como el Barcelona no puede contar con Pedri, Trincao o Araújo como revulsivos cuando llegue la parte dura de la temporada, son buenos jugadores, que seguro tendrán un futuro brillante, pero ahora mismo no es la mejor opción para hacer olvida la temporada pasada donde el club blaugrana no ganó un solo título y fue humillado en los cuartos de final de la Champions. Muy mal de nuevo en los despachos por parte de Bartomeu, y la única buena noticia para la parroquia blaugrana es que seguro ya es la última de su presidente.

Hazard en el abismo

Eden Hazard vuelve a ser protagonista y no precisamente por lo que hace dentro del terren o de juego sino por lo que hace fuera de él. Está en ese peligroso momento de convertirse en un fracaso de fichaje o ser capaz de demostrar el crack mundial que era en el Chelsa y que era sobradamente el mejor jugador de la Premier League. Pero desde su llegada a Madrid sus lesiones, sus malos hábitos en periodos vacacionales que le han causado evidentes estados fuera de forma, unidos a la grave lesión de tobillo sufrida han hecho que no haya podio rendir a buen nivel ningún partido en su primer año.


Pero el segundo va camino de lo mismo ya que tras resentirse de sus problemas, cuando parecía que podía reaparecer y entrar en la lista ante el Valladolid volvió a saltar la noticia de una nueva lesión muscular que le tendrá apartado un mes de la competición, y con lo que le cuesta al belga recuperar forma veremos el tiempo que le lleva. Lo que está claro es que la ilusión que generó su fichaje el año pasado se está consumiendo a marchas forzadas para convertirse en una rémora de dudas y escepticismo, y las comparativas con los casos recientes de Bale y Kaká comienzan a ser cada vez más habituales.


El caso es que Hazard cuenta con la total confianza de Zidane que sabe de la capacidad del extremo, pero también esa confianza la llevó casi hasta la obcecación en el partido ante el Manchester City en la Champions donde se vio que el jugador no estaba y le mantuvo hasta más del minuto 80. Puede que esta sea la última reválida para Eden y él debe ser consciente, ya que el Real Madrid no espera a nadie, por mucho que haya costado su fichaje ni las expectativas creadas en su contratación. Debería tenerlo en cuenta Hazard.⅕