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Lo esperado

Vuelta a la realidad para un Joao Félix que hace mucho dejó de ser promesa a ser uno de los fracasos más sonados de la historia. Un jugador que nunca ha despegado en ningún club, que su propio personaje y su actitud entre indolente como de niño mimado han terminando devorando al jugador que apuntaba a ser y que le han condenado al ostracismo más absoluto y ya sin paraguas en forma de entrenador que tenía, pasando en el último año por hasta cinco clubes sin destacar en ninguno.

Su club actual (aunque es en forma de cedido) el A.C. Milán, ya sabe lo que es Joao Félix. Su seña de identidad es la de siempre, ilusión en su fichaje, gol en su debut y críticas y desaparición al tercer partido. Esto ya lo habían vivido el Atlético, el Chelsea (hasta en dos etapas), el Barcelona y ahora el equipo lombardo. Un club en llamas que ya ha puesto su punto de mira en el de Viseu, al que se le han agotado ya todas las oportunidades y esperanzas de éxito por parte de cualquier directivo.

Una nueva derrota dolorosa del Milán, tras el fracaso de la Champions ante el Feyenoord, donde ya Joao escuchó los primeros pitos, esta vez ante el Torino en otro partido para el olvido desató todas las hostilidades de seguidores como de periodistas que cubren al equipo. Ya no hay excusas, no ha triunfado en un Atlético huérfano de Griezmann tras su espantada, no hay cuajado en la reconstrucción de un Chelsea con necesidad de alegrías y caras nuevas, no ha triunfado en el peor Barcelona que se recuerda en cuanto a plantel y nombres, y por supuesto no ha triunfado en un Milán carente de toda calidad en la plantilla y con un entrenador de nuevo entregado a su jugador, al que de nuevo ha dejado mal.

Lo peor de todo es que al ser solo cesión volverá al Chelsea donde se marchó en esta ventana al no tener minutos por la competencia en su puesto, sin venir reforzado y sin nada con lo que reivindicarse el ocaso de un jugador de 25 años es más realidad que nunca. Una historia que nadie quería ver pero que se ha hecho más que realidad y que ha dado a muchos la razón y ha dejado en mal lugar a un jugador que sin Jorge Mendes a cargo de su carrera no habría llegado tan lejos ni habría tenido tanta repercusión, porque jamás llegó a demostrar ni la mitad del importe de los traspasos que generó.

Ni compitió

Como ya se aventuraba en la previa del partido entre Real Madrid y City, el equipo de Ancelotti aplastó sin piedad a los citizens, con mucha superioridad y contundencia, quizás incluso más de la esperada, y sin que el City diera en ningún momento la más mínima señal de poder revertir la situación. Tanta fue la tranquilidad, que ya en el minuto 3 de partido los bancos iban por delante en el marcador merced a un nuevo despropósito defensivo que se une a la gruesa lista de este año (están cerca de ir a uno por partido).

Ya se intuía en la previa, con la baja confirmada de Haaland, que los de Guardiola no iban a producir mucho peligro. Pero lo más preocupante quizás fue la actitud, se veía a un equipo sin alma, que estaba en el verde por estar, no creía en ningún momento en sus posibilidades, y que llegó hasta a dar lástima en ciertos momentos persiguiendo sombras y recogiendo pelotas de su red. Una sombra del equipo que fue y que por más que ha invertido dinero en esta ventana invernal, no parece que haya cambiado mucho el rumbo en los partidos importantes y que de seguir así va a sufrir para entrar de nuevo en la Champions el año que viene.

Todo se achaca casi exclusivamente a la baja de Rodri Hernández, pero es imposible que un equipo tenga este bajón de un año a otro solamente por la baja de un jugador, quizás el mejor o más importante, pero al fin y al cabo es solo uno. Guardiola ha vuelto a demostrar que es un técnico que si no tiene a los mejores jugadores no sabe competir en partidos en los que no está en ventaja, no sabe ganar si no tiene la mano ganadora en cuanto a fichas y eso es algo que hay que achacarle, tiene una plantilla para competir al Real Madrid, quizás no para ganarle la eliminatoria, pero si para haber competido de verdad y no haber hecho un paripé extraño que es lo que ha sido este cruce de dieciseisavos.

Eric no vale

Lo que era una sospecha se ha terminando confirmando. El nivel de Eric García no es para ser titular en un equipo puntero y mucho menos para ir a la selección, algo que habla muy mal de Luis Enrique en esta elección. Tras haber pasado el año en blanco en el Manchester City y una Eurocopa nada reseñable esperaba a ver su nivel a nivel de club. Peor ya en su segundo partido en el Barcelona acabó expulsado tras un fallo garrafal en San Mamés, dejándome ya con muchas dudas respecto a su rendimiento y en especial a su gran déficit, la velocidad. No es un defensa rápido, algo fundamental para equipos que juegan tan adelantados, dejando muy al descubierto sus carencias. Y si a esto añadimos además su altura, muy escasa para un central y al que es fácil ganar en cualquier salto dividido y balones aéreos, tenemos una combinación de jugador que no da la talla. Tiene toque y salida de balón, pero si no sabe defender se convierte en algo inservible como virtud para un central. Quizás adelantar su posición y como medio defensivo con buen trato de balón le pueda venir bien, pero a día de hoy es un coladero tanto en su club (ayer ante el Benfica fue la enésima demostración) como con la selección (su partido ante Suecia fue bochornoso). No se puede hablar de mal fichaje ya que llegó gratis, pero su rendimiento dista mucho de repetir la fórmula que se hizo con un Piqué que si que es cierto que ha rendido a un nivel altísimo durante años en el Barcelona. Otro quebradero más de cabeza para la directiva azulgrana…

El gran fracaso de Laporta

Con las elecciones y la vuelta a la presidencia del Barcelona de Joan Laporta los barcelonistas se las prometían muy felices, con promesas de mejorar bien el equipo y de retener a toda costa al mejor jugador de su historia Leo Messi. Pues según se han sucedido los meses los fracasos se han sucedido en can barça y con el cierre de mercado se ha puesto la guinda a un proyecto arriesgado, complicado y que no sólo no parece haberse reforzado sino que parece haber salido muy mermado de este verano.

Es cierto que la situación heredada era de lo más precaria, pero tras la no renovación de Messi ante la imposibilidad de inscribirle se han sucedido movimientos como la reducción del salario de los pesos pesados como Piqué, Busquets o Jordi Alba en vez de tratar de realizar un fichaje ilusionante se ha optado por desprenderse de Griezmann, y digo desprenderse por no decir regalar, y traer a un descarte del Sevilla, dejando claro que el movimiento es absurdo e inexplicable.

Si no fuese por la irrupción de Memphis Depay, fichado a coste cero y con gran incertidumbre tras no cerrar el fichaje del mismo modo de su compatriota Wijnaldum, el Barcelona ahora mismo tendría un problema gordísimo en el equipo, con el Kun lesionado hasta Noviembre y con su ilusión de jugar junto a su amigo Messi hecha añicos, ver de titular los tres partidos de liga a alguien como Braithwaite en el Barcelona deja claro que la planificación no ha sido buena, que la revolución que propuso Laporta no es tal y que la temporada puede ser muy larga para un equipo cogido literalmente con pinzas y sin margen de error.

Otro año a la deriva

El Arsenal se enfrentaba a un partido complicado en casa ayer. Era el derbi, ante el campeón de Europa, con el debut del fichaje estrella de la Premier hasta el momento y todo salió mal. A los quince minutos ya Lukaku había puesto por delante a los de Tüchel tras un error defensivo garrafal de la zaga gunner, el talón de aquiles del equipo desde hace años.

Pero lejos de espabilar, se vieron todas las carencias del equipo, un equipo sin fuerza ni ganas, es verdad que jugaron sin un 9 debido a las bajas pro Covid, pero aún así, crearon poco peligro y fueron un juguete a manos de un Chelsea que cuando quiso apretar se llevó el partido sin dificultades.

Arteta ha vuelto ha gastar un fortunón en fichajes y y aparecen un fracaso en la segunda jornada del equipo, con dos derrotas consecutivas y con la visita al Etihad en la próxima jornada que parece que puede provocar un cataclismo a un equipo que este año no juega competición europea, lo que hace que el año sea más duro y largo para sus aficionados.

La historia de siempre

El que parecía por fin el año de asentamiento de Martin Odegaard en el Real Madrid parece que va camino de convertirse en la enésima cesión de un jugador que ha demostrado tener calidad de sobra como jugador, pero no madera de estrella, sobre todo mentalmente, donde parece más frágil de lo debido, y eso en un club como el Real Madrid es imperdonable ya que no espera a nadie, sólo los mejores juegan y la competencia es brutal, y eso el noruego parece que es incapaz de aguantarlo. Y este año ya no hay excusas, Ancelotti cuenta con él, le gustaría tenerle en el equipo, pero él o no se adapta al club o no se ve capaz de competir por el puesto y convivir con la presión. El Arsenal que acabó muy contento con su cesión del año pasado ya ha iniciado contactos con el Real Madrid para tratar de tenerlo otro año más e incluso de comprarlo en propiedad si el club blanco está dispuesto, y tras la filosofía que ha llevado este verano Florentino tampoco se puede descartar esto último.

Este problema ya ha sido recurrente con Odegaard en el Madrid, ya desde su mediático fichaje cuando tan sólo tenía 16 años, sus cesiones en Holanda, su explosión en la Real Sociedad y su asentamiento en le Arsenal han tenido un denominador común, salida del Madrid por no estar preparado ara luchar por el puesto. Si este año definitivamente decide salir del club yo ya no le esperaría más e intentaría sacar una buena cantidad por él ahora que todavía tiene mercado ya que no me parece un jugador preparado para soportar el puesto de centrocampista del Real Madrid. Su marcha en invierno pasado con el consentimiento de Zidane, con Modric y Kroos ya sobrecargados de minutos dejó claro que el jugador no está para jugar o quizás algo pero, su actitud no es la mejor para ganarse el puesto lo que sería aún más preocupante.

Nuevo Fracaso Philadelphia

Como si se tratara del cuento de nunca acabar, los Philadelphia 76ers han vuelto a fracasar en su intento de conquistar el anillo mucho antes de lo que deberían, en el séptimo partido ante los Atlanta Hawks, y en su estadio con su público. El partido deja varios cadáveres, sobre todo el de Ben Simmons, un jugador que ha demostrado que no está para ser el escudero de Joel Embiid, quizás el único que ha dado algo la talla en este equipo pese a estar renqueante de la rodilla tras el susto de primera ronda ante los Wizards., y el de un Doc Rivers que ha naufragado estrepitosamente desde su salida de Boston tanto en los Clippers como este año en los 76ers.

Y este parece el punto final de un proyecto que siempre aspiró a más pero que nunca llegó a las cotas esperadas. Ahora con Daryl Morey en los banquillos se intentará una reconstrucción fuerte en torno a la figura de Embiid, veremos si con Rivers en el banco, y que necesita imperiosamente desprenderse de los millones asegurados de Simmons a toda costa. Ahora todos se preguntan qué hubiera pasado si hace des veranos hubieran apostado por Jimmy Buttler en vez de por Simmons, dónde estaría este equipo, que con Buttler en el banco se quedó a una canasta, aquella fatídica de Kawhi, de llegar a una final y ganarla debido a las bajas de los Warriors en aquel año.

Pero es momento de mirar hacia delante, es el momento de hacer un proyecto de verdad ganador para una ciudad tan importante como Philadelphia y que lleva desde 2001 sin pisar las finales de la NBA. Ha llovido mucho desde esa época de Iverson, y más aún de la del Dr J y Moses Malone que llevaron al equipo a su único título de la NBA. Es el momento de tomar decisiones drásticas por el bien del equipo y tener claro que todos son prescindibles salvo Embiid. Y a partir de ahí volver a tener un equipo ganador que en los momentos decisivos no se venga bajo como ha pasado a este ya famoso proyecto Trust the Process.

Sin alma

El Fútbol Club Barcelona evidenció su mayor carencia desde hace años en la final de la Supercopa ante el Athletic de Bilbao. La falta de alma y espíritu de equipo. Los más veteranos no aportan ningún tipo de liderazgo (salvo Piqué que ahora mismo está lesionado de larga duración), y los nuevos no pueden dar el paso adelante necesario por ser demasiado jóvenes o llevar poco en el equipo. Es una lástima ver que el trabajo y la progresión de Pedri, De Jong o Dest se vea así de frenada e incluso enturbiada por un ambiente institucional y deportivo de lo más extraño que he visto jamás.

Y para mí el principal culpable es Messi, el portador del brazalete, el mejor jugador del mundo, alguien que no ayuda con su actitud ni sus maneras (y no lo digo por la expulsión ni mucho menos) a que el equipo se sobreponga a su preocupante debilidad defensiva. Messi no lidera al equipo como debería, ahora no se necesita a un Messi que marque hat tricks día si y día también como antaño, ahora necesitan a un Messi implicado que ayude al equipo en defensa y en ataque, que se le vea con ganas de comerse el partido, y ahora mismo el argentino está muy lejos de eso, y tristemente poco a poco va manchando su expediente con finales perdidas que no debería haber perdido.

Lo peor es que este título y el torneo podían haber servido para espolear un equipo claramente herido, con mucha fragilidad y que no domina los partidos como antaño con balón y que no sabe transicionar defensivamente. Es tan simple como presionar arriba y en defensa cerrar huecos centrales para desactivar a un equipo sin ideas y viciado en las mismos claves de ataque de años anteriores pero sin los jugadores necesarios para ello. El mercado de invierno está abierto, pero la caja del Barcelona está vacía, las elecciones a la presidencia se han retrasado y los socios están sin ilusión y con el temor de años de travesía por el desierto del club debido a las malas gestiones de la última directiva a la que se le hizo moción de censura y tuvo que acabar dimitiendo. mientras tanto el equipo va a sufrir para acceder a los puesto d Champions para el año que viene, ya ni pelear por la Liga se puede hablar para este Barça.

La historia interminable

Parece mentira pero otra temporada más se repite la historia con el Arsenal una vez más. Un equipo que cada temporada se fija objetivos muy elevados y que gasta millones excesivos en fichajes no tan determinantes y que acaba pagando esa mala política directiva. Sus últimas adquisiciones millonarias como Lacazzete, Pepé o Thomas no hacen sino llevar al club a la deriva y ver cómo ya el jugar la Champions League y ser el cuarto en la Premier es mas que una quimera.

La llegada el año pasado de Arteta trajo un soplo de aire fresco, los gunners vencieron en la final de la FA Cup al Chelsea remontando incluso el partido, y lejos de ser algo pasajero vencieron al Liverpool en los penaltis en la Community Shield y comenzaron la Premier con tres victorias consecutivas desatando la euforia, se unió además el fichaje de Thomas el último día de mercado, todo parecía perfecto.

Pero apenas dos meses más tarde el club está aun paso de despedir a Arteta, se encuentra a tan sólo cinco puntos del descenso y el líder ya le saca doce puntos. Un descalabro descomunal que hace que ya su temporada sea a remolque y sin expectativas desde diciembre. Es triste ver cómo un club con el poder y la capacidad económica del Arsenal pena por la tabla y por la Europa League cuando debería estar luchando por las cuatro primeras plazas de la Premier y por llegar a octavos cada año. Veremos el bandazo que da la directiva en el banquillo, pero me temo que esta situación parece el día de la marmota para el club del norte de Londres.

Y ya van 3

Incomprensiblemente el Inter de Milán quedó apeado ayer do toda competición europea en la última jornada de su grupo de Champions. Lo más curioso es que por tercer año consecutivo dependía de sí mismo en el último partido y tampoco consiguió ganar quedando como último de grupo y sin acceso ni a la Europa League. Tres años consecutivos en los que no ha sido capaz de pasar la fase de grupos y que empiezan a convertirse en una losa muy pesada y dejan muy tocado un proyecto de mucha inversión de dinero para que haya sido adelantado por Shakhtar y Borussia Mönchengladbach.

Conte además acabó muy mosqueado el partido, tuvo un rifi rafe con Capello al final del partido a raíz de una pregunta dura del también técnico italiano, y volvió a demostrar lo rígido que es, dejando a Eriksen otra vez en el banquillo pese a la falta de efectivos. El Inter no encontró ninguna manera de crear peligro a los ucranianos salvo en los instantes finales más por aglomeración de futbolistas y empuje que por ocasiones y fútbol.

Si ya el año pasado se rumoreó la marcha de Conte, su mala relación con la directiva y parte del vestuario, este año el ambiente es más enrarecido si cabe, en Serie A, su máximo objetivo desde ya, al menos va segundo por detrás de su vecino AC Milán, pero su fiabilidad ha sido nula y es de los equipos de cabeza el más goleado de todos. Otro fracaso para el proyecto del Inter que no acaba de despegar y que ayer quizás tocó fondo. Lo único bueno es que ya más bajo es difícil caer.