El Manchester City con la oficialización del fichaje de Kyle Walker como el defensa más caro de la historia ha convertido su defensa en la más cara de la historia jamás vista sobre un verde. Junto al mencionado Walker hay que añadir el fichaje del portero Ederson por 50 millones proveniente del Benfica o Mendy del Mónaco, más los fichajes del año pasado como son John Stones (que hasta la llegada de Walker fue el defensa más caro de la historia) u Otamendi fichado también a golpe de talonario al Valencia.
Tanto es el despliegue de millones realizado que ya han abandonado el conjunto inglés Zabaleta, Clichy y se espera que Sagná haga lo mismo. Nunca se habían visto tantos millones invertidos en un zaga por ningún equipo, y pese a que Stones haya sido el mayor fracaso en la zaga en muchos años parece que este año contará con una nueva oportunidad. Ahora ya Guardiola no volverá a tener excusas del paupérrimo rendimiento defensivo que ya caracterizó a su City el año pasado y su apuesta personal por Claudio Bravo (al que tuvo que sentar en beneficio de Willy Caballero) desterrando del equipo al titular de la selección inglesa y guardián durante años de la portería citizen Joe Haart.
La inversión ha sido muy fuerte, quizás desmesurada en algunos casos, y ya otro año más sin títulos tras conceder todos los deseos posibles al entrenador dejaría en evidencia a un Guardiola que no se ha terminado de adaptar al estilo inglés, y que sólo la fuerza en la irrupción de Gabrie Jesús a mitad de la temporada le salvó de una debacle mayor al no olvidemos entrenador mejor pagado del mundo y de la historia, ya que jamás se había visto un contrato con esos emolumentos para un entrenador.