El Real Madrid recibirá este sábado a la 13 de la tarde al Fútbol Club Barcelona en el Santiago Bernabéu como campeón del Mundialito de clubes celebrado en Abu Dhabi. Y el principal morbo es ver si el Barcelona hará el pasillo de honor al campeón o no. Hay que recordar que el pasillo es un gesto simbólico que decide hacer el equipo homenajeador por motu propio. No hay ningún tipo de obligación en hacerlo ni se es menos respetuoso por no hacerlo.
Dicho esto también creo que el fútbol ha degenerado en un fanatismo desmesurado del que cada vez se va a peor. Recuerdo antaño cuando jugadores en derbis o en el propio clásico se intercambiaban la camiseta al final del partido incluso poniéndosela. O rodaban anuncios con la camiseta del eterno rival. Por ello estoy totalmente de acuerdo con la campaña de promoción de Michael Robinson de su programa Informe Robinson, donde reta en una cadena a todo el mundo a posar con la camiseta del eterno rival, para que seamos conscientes de que por mucho que luchemos en contra le necesitamos.
Pasillo no va a haber en el Bernabéu como ya confirmó ayer Guillermo Amor, y el Barcelona está en su derecho. Es cierto que a él siempre que ha ganado este trofeo se lo han realizado, pero el hecho de que desde la prensa se haya hecho ver que este gesto supone una humillación para el equipo que lo realiza le ha perdido todo el respeto y todo lo bonito del gesto, convirtiéndolo en algo grotesco y sin la esencia para lo que se hacía. Es por cosas así por las que todos deberíamos reflexionar y pensar si estamos yendo en la dirección correcta o simplemente al fanatismo más absoluto.