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Cuesta ser un grande

El PSG inexplicablemente volvió a caer contra el Manchester United como hace dos temporadas en los octavos de final, en su estadio, y dejando una imagen de impotencia y de fragilidad defensiva muy preocupante. Parecía que tras disputar la final de la Champions de la última edición los fantasmas de la barrera que tenían de octavos de final había desaparecido, pero nada más lejos de la realidad. Ayer uno de los United más flojos que recuerdo en mucho tiempo ganó en el parque de los Príncipes sin hacer ningún partidazo y sin sufrir en exceso, salvo algunos pocos tramos en la primera parte.

Y el PSG contó con todas sus estrellas Neymar, Di María y Mbappé en ataque. Pero n con esas pudieron vencer al conjunto de Solksjaer que encadena dos victorias consecutivas a domicilio ante el gigante francés. El equipo de Tüchel dio muestras de lo poca segura que es su defensa y de lo parido que esta siempre el equipo en transiciones defensivas. Con muy poco salía el United y creaba problemas serios, pero en ataque tampoco estuvieron mucho mejor. El único gol fue de Martial en propia a la salida de un córner bien defendido por el conjunto inglés.

Es pronto todavía y el PSG seguramente acabe líder del grupo, pero de nuevo deja sensaciones de que en los partidos verdaderamente importantes (el año pasado llegó a la final eliminando a Dortmund, Atalanta y Leipzig no hay que olvidarlo) nunca da la talla este equipo construido a base de talonario, no han conseguido nunca involucrar de manera clara a sus máximas estrellas y cada vez que se ve este equipo parece más un grupo de bandas que compañeros de vestuario. Se están dando cuenta que no todo es fichar jugadores a precios desorbitados y si líderes que den la cara en los momentos complicados.

No estuvieron a la altura

El PSG desperdició ayer una oportunidad para conseguir su primera Copa de Europa. Los franceses tenían muchas esperanzas en este parido ya que llegaban en buen estado de forma y por primera vez en su historia se encontraban sólo a noventa minutos de poder alzarse con el torneo por el que el jeque Al-Khelaïfi ha invertido la friolera cifra de más de mil millones, y la desperdiciaron, en parte gracias al poco acierto de sus dos máximas estrellas, que no estuvieron a la altura del partido, en especial Mbappé, que marró varias clarísimas oportunidades.

El delantero francés fue el gran protagonista del encuentro para mal, ya que todas las acciones que realizó de cara a gol las acabó mal. Tuvo dos ocasiones que no se pueden perdonar en un partido así, y en la segunda parte, Kimmich se lo comió del partido, dejándole prácticamente inutilizado. Pero Neymar, el fichaje más caro de la historia del fútbol, también pudo aportar más el equipo, estuvo mas entonado que Mbappé, participó más y tuvo más peligro, pero se marcha de esta edición de la Chmapions de Lisboa si haber marcado ni un solo gol en los tres partidos que ha disputado.

Ahora vendrá otra vez una nueva revolución más en el equipo, la marcha de Cavani, unido a la no participación de Icardi hacen pensar que el equipo deberá peinar para encontrar un nueve de garantías, además de tener que suplir la baja también de Thiago Silva, que puede subsanarse con Marquinhos de central. Tüchel tampoco anduvo muy listo en los cambios, ya que quitó a Di María, el mejor del PSG, y se dejó a Sarabia sin poner en toda la final, un jugador que entre líneas hubiera podido filtrar muchos pases al hueco para las peligrosas contras del PSG, que anoche no pudo concretar ninguna. Mucho trabajo por hacer y que de nuevo demostró que ni todo el dinero del mundo es capaz de hacerte ganar una Champions si no haces las cosas bien.

Es su competición

Que el Sevilla pasar ayer a la Final de la Europa League sólo puede explicarse con que es la competición por excelencia de los hispalenses. Ganadores de cinco títulos sufrieron ayer muchísimo las acometidas de un Manchester United que avasalló a los de Lopetegui durante la segunda parte, en especial los primeros quince minutos de la reanudación, y que llegó a perdonar hasta cinco ocasiones clarísimas de gol. Tanto Martial como Rashford como Greendwood e incluso Bruno Fernandes dispusieron de ocasiones clarísimas para volver a adelantar a su equipo pero todas acabaron de una u otra manera repelidas por un Bono que se está erigiendo en el héroe del equipo de Nervión.

Y tras aguantar el chaparrón, en la única acción de peligro del Sevilla en la segunda parte, De Jong cazó una maravilla de centro de Jesús Navas que cada año que pasa llega mejor al final de los partido, es un caso médico para estudiar lo de el de los Palacios porque no es normal. Y con ese bagaje el Sevilla vuelve a otra final de la competición, en la que no sabe lo que es la derrota, incluso ha ganado dos por penaltis, y que espera al ganador de la eliminatoria entre Inter y Shaktar sabedor que sus rivales ya le empiezan a ver vitola de equipo invencible en este torneo. Ahora quedará descansar, recuperar pilas y la mejor versión de un Ocampos que notó su equipo su poca participación, y que fue cambiado al comienzo de la segunda parte y que tiene de nuevo ganas de demostrar el gran futbolista que es. Ya se empiezan a relamer en Sevilla conscientes de que está a un sólo partido ya de hacer de nuevo historia.

La dura Realidad

El partido de anoche dejó en evidencia los grandes males de este Atlético de Madrid a lo largo de la temporada. La plantilla está falta de alguien de calidad en el centro del campo, y el equipo necesita un 9 de garantías como el comer. Diego Costa dejó claro ayer que es más un ex futbolista que alguien en activo, su participación es testimonial, y ni siquiera ya es capaz de ganar los duelos cuerpo a cuerpo. La baja de Thomas también resultó fundamental ya que nadie daba pases que cruzaran líneas defensivas del Leipzig y el Atlético era incapaz de salir de la presión alemana.

Simeone dio entrada a Héctor Herrera, que juega en una posición que no es la suya y su partido fue muy flojo, como el de casi todo el equipo. Sólo se salvó del once titular Savic y Carrasco. El belga fue el único que creó algo de peligro en la primera mitad, y asumía el reto de desbordar cada vez que recibía. Saúl volvió a ofrecer su peor versión, como casi toda la temporada muchos kilómetros recorridos pero nula participación en el juego y Koke fue de menos a más, intentando aportar algo de pausa en zonas de peligro para favorecer la subida de todo el bloque. El resultado fue un Leipzig que superó en intensidad y ganas a un Atlético que no llegó a competir salvo los diez minutos de la entrada de Joao Félix, y de nuevo con el empate otra vez volvió el conformismo.

Es una gran decepción para el Atlético el partido de ayer. La burbuja que había alrededor de favoritismo puede que haya hecho que el equipo se confiase y sacase su peor versión. Si este equipo se acomoda no gana, y ayer fue lo que pasó. Se sintió vencedor todo el partido y ni olió el balón. Es un año complicado con muchas caras nuevas, pero no es excusa para justificar el partido de ayer, sobre todo por las malas sensaciones que dejaron los jugadores en el campo. Ahora tocan días difíciles y los oportunistas pedirán la dimisión de Simeone, se bajarán de un barco al que sólo se subieron tras el pase en Anfield, y cuando vuelvan a ir bien las cosas, porque con Simeone siempre vuelven a ir bien, volverán al barco y alabarán la labor del técnico argentino. Es momento de reflexionar, de no maquillar lo de ayer que fue un fracaso mayúsculo pero no volverse loco y tirar las cosas buenas que ha dejado esta campaña, sino potenciarlas en el mercado de verano como se pueda y de nuevo este equipo volverá a hacer lo que mejor sabe hacer, volver a levantarse y competir como el que más.

Por la boca muere el pez

El Bayern de Múnich ha vuelto a caer en los mismo errores que en 2014 le llevaron a tener una de las peores derrotas de su historia en la Champions League. Llegaba tras ganar el triplete el año pasado a enfrentarse al Real Madrid, y ya desde el sorteo de las semifinales sacaron propaganda de que eran la bestia negra del Real Madrid, y finalmente cayeron por un parcial de 5-0, con un 0-4 en e Allianz que aún debe escocer en el club alemán.

Pero de nuevo seis años más tarde, esta vez en la eliminatoria ante el Barcelona, Lothar Matthäus realizó unas declaraciones muy desafortunadas en las que afirmaba que muy mal tiene que hacer las cosas el Bayern para que los elimine el Barcelona. Siendo una eliminatoria a un único partido, con el Barcelona, por muy mal que esté, no existe favorito, no veo a un Bayern tan superior como se están considerando, y más teniendo en cuenta la defensa titular del equipo de Flick, que recordemos tendrán que parar a Messi y Suárez. Y no es bueno provocar antes de estos partidos a estas dos figuras.

El duelo estará más que igualado y el ganador de este cruce será el favorito de las semifinales de su lado del cuadre, pero será un partido complicadísimo e incluso la vitola de favoritos al Bayern tampoco es algo que les siente bien, ya perdió en 2012 la final en su estadio ante el Chelsea pese a ser claramente favorito y superior a los ingleses. Veremos si la tradición de arrepentirse de sus declaraciones continúa o si el Bayern pasa la eliminatoria y nadie recuerda las palabras de los directivos alemanes.

La hegemonía en peligro

Desde que Zidane ha sido el entrenador del Real Madrid en sus dos etapas cuenta todas sus eliminatorias de Champions League por vistorias (9), con lo que hoy podría perder esa impresionante imbatilidad que ostenta. Tras el descalabro de la ida el Real Madrid intentará dar la vuelta a un marcador, sabedor de que tiene que marcar dos goles, marque o no el City. Una tarea ardua, más sin Ramos que siempre aporta mucho carácter en este tipo de partidos y con muchas dudas en la delantera. El único que parece fijo es Benzema, pero sus dos acompañantes son la incógnita del partido. Zidane puede optar por introducir a un cuarto centrocampista como Isco, para dar mayor control del juego y más posesión, y así poder meter a Marcelo en el lateral y aprovechar sus incursiones, pero también tiene las opciones de Rodrygo o Vinicius 8sólo jugaría uno de los dos nunca juntos) para el desborde y el uno cotra uno en la banda, aprovechando la floja banda izquierda del City con Mendy sancionado y con el previsible Zinchenko de titular. Hazaard lleva toda la semana entre algodones y los expertos comentan que no está al 100%, pero en este tipo de partidos son los que hay que forzar y lo smejores deben estar, y el belga lo es aunque desde su llegada al Madrid no se haya visto todavía su mejor versión. Pero el caso del tapado puede ser un Marco Asensio que ha vuelto como un tiro de su grave lesión del ligamento cruzado, y que tiene un don especial en los partidos importantes que hace que suela ser decisivo. Con todas estas opciones Zidane pretende ganar la batalla a un Guardiola que no termina de fiarse del resultado y sabe que tiene que marcar seguro si quiere pasar. La baja de Agüero es sensible (pero en la ida tampoco jugó y Gabriel Jesús hizo la vida imposible a los centrales blancos). Sterling ha vuelto fino del confinamiento y de Bruyne ha demostrado que tiene el pie afinado para todo tipo de golpeos a balón parado. Nos espera un partidazo donde por fin Zidane puede caer en Europa a la cuarta edición que disputa de la Champions, algo que sigue siendo histórico.

Sorteo desigual

El sorteo de la Champions celebrado ayer en Niza deparó dos cuadros muy diferentes, dejando un lado donde se enfrentan las mayores potencias de Europa, y el otro lado con los grandes outsiders de la competición. Lo más probable será unos cuartos de final Barcelona Bayern de Múnich y Juventus Manchester City/Real Madrid (no tengo muy claro todavía quién se va a clasificar finalmente en esta eliminatoria, aunque el City es claro favorito nunca daría por muerto al Madrid), unos duelos descomunales y que los ganadores se enfrentarán entre ellos en semifinales, casi nada. Ese lado gasta nada menos que 26 Champions entre todos sus equipos, dejando claro el poderío de ese lado del sorteo y los duelos tan intensos e igualados que se van a vivir.

Pero el otro lado del cuadro no va a ser menos interesante, es cierto que los duelos de cuartos a priori son los más flojos, con un Atléico Leipzig (que no contará con su estrella Werner, recién fichado por el Chelsea) donde los madrileños son muy favoritos y el Atalanta PSG que promete ser un duelo de ataque total, con la mejor delantera de Europa contra el equipo más prolífico de cara al gol. Pero unas semifinales entre Atlético y PSG promete ser un partido de verdadera altura y con nada que envidiar ya al otro cuadro. Es la mejor oportunidad que puede tener el Atlético para poder llegar a su objetivo de conquistar la primera orejona de su historia, tiene el cuadro que seguramente hubiera elegido al principio del sorteo y en un partido único es uno de los rivales más incómodos de Europa, por no decir el más.

Otro gran aliciente de este sorteo es que si se clasifican, se puede dar un Madrid Barcelona en semifinales de Champions, aunque ninguno de los dos llega como favorito para clasificarse hasta una ronda tan avanzada, los máximos favoritos del torneo a día de hoy por estado de forma y por cómo han vuelto del parón son Juventus y Bayern, que serán los previsibles rivales de ambos españoles en unos cuartos de final durísimos. Veremos también el nivel del PSG y cómo vulve ya que ellos no van a tener ningún partido de liga ya que fue suspendida y retomar el nivel competitivo de golpe es algo no muy sencillo, por mucho que se monten entrenamientos y amistosos intensos. Preciosa Champions para un Agosto que promete emociones de verdad.

Mal perder del Liverpool

Han pasado más de dos meses de la histórica eliminación del Liverpool a manos del Atlético de Madrid y todavía colean quejas y desprestigios hacia ese partido por parte del entorno red. Si ya fue el propio Jürgen Klopp el que estuvo más de dos semanas hablando y desprestigiando a los colchoneros, pese a no ser un técnico que haga este tipo de declaraciones, después fueron ex jugadores reds los que trataron de quitar importancia y méritos al conjunto rojiblanco que recordemos al final venció en ambos partidos.

Lo último ha sido un informe revelado en el periódico The Times donde se achaca al partido de fútbol la muerte de 41 personas por culpa del coronavirus, ya lo último que faltaba por escuchar. Acusan al Atlético indirectamente de esta desgracia cuando su propio líder del gobierno no tomó ninguna medida aludiendo a que en Gran Bretaña el virus no llegaba, hasta que finalmente cayó contagiado. Me parece una manera muy vil y rastrera por parte del periódico inglés de comentar esta situación, ya que ha habido partidos de mucho mayor riesgos como el Atalanta-Valencia con saldo mucho más desfavorable.

Sea como fuere el Liverpool está eliminado de la Champions cuando se creía máximo favorito, fue vencido por un equipo que nadie contaba con él en la eliminatoria y no ha sabido asumir con la elegancia que siempre ha caracterizado a este club la derrota. Ni los propios jugadores ni su entrenador (a excepción del guardameta Adrián) han sabido reconocer el trabajo realizado por el equipo de Simeone, mucho menos vistoso y mucho más rudo, pero tremendamente efectivo vista la eliminación red. El Liverpool debería asumir su derrota y centrarse en una Premier que tiene ya prácticamente encarrilada, y que supondría su primera con este nuevo formato. Está claro que haber tirado las dos Copas reservando a sus jugadores para la Champions no le ha salido bien a Klopp y quiere desviar la atención de esta manera.

Una gran elección

Los dos equipos más importantes del fútbol vasco, y flamantes finalistas de una de las finales más apasionantes que se recuerdan de la Copa del Rey, no han cedido ante las presiones de la federación de fútbol y han decidido renunciar a la plaza europea que otorga al campeón del torneo por poder jugar ese partido a puerta abierta y con público sea la fecha que sea.

Dan así muestras de valorar lo que de verdad importa en el fútbol, el aficionado y e espectáculo, no los patrocinadores y las televisiones, que desgraciadamente cada vez más están imponiendo sus criterios y preferencias, haciendo que se pierda mucha mística del deporte más seguido del mundo.

Con esta decisión de nuevo los dos equipos vascos dan una lección de unidad y de sana rivalidad, ya que cada vez que hay derbi es un espectáculo como se entremezclan las aficiones sin altercados ni peleas, una rivalidad sana que no pierde intensidad por no pelearse entre sí sus aficionados. Veremos cuando se puede celebrar este partido de máxima expectación nacional, pero lo que está claro es que será una fiesta como sus aficiones se merecen, no el paripé que quería realizar la federación.

Ni blanco ni negro

La resaca del fracaso europeo del Atlético ha traído muchos interrogantes y dudas sobre el proyecto del equipo. Que si Simeone no es el entrenador ya adecuado para el proyecto, que si hay jugadores que no sirven, muchas dudas que son normales que surjan en un momento de máxima tensión debido al estrépito de la derrota en el Allianz Stadium. Pero si se piensa bien sigue habiendo brotes verdes que inducen a la esperanza sin tener que cortar de raíz un proyecto que no olvidemos que se está manteniendo en la máxima élite europea desde hace más de siete años.

La temporada en cuanto a lesiones ha sido inclemente con los colchoneros, Diego Costa no ha jugado al 100 % de sus posibilidades prácticamente ningún partido, la temporada de Saúl ha evidenciado la falta de descanso que ha tenido en un verano en el que el propio jugador acortó sus ya de por sí cortas vacaciones para estar disponible para poder disputar la supercopa europea en Tallín. Koke, un jugador termómetro del juego del equipo, también ha sufrido la temporada con más lesiones de su carrera que le han impedido coger la forma idónea, y en defensa el técnico argentino no ha contado con toda la zaga sana desde septiembre siendo el lateral izquierdo un auténtico agujero negro en los últimos meses con las lesiones de Filipe y Lucas.

La llegada de Morata ha parcheado esta situación pero Vitolo, Kalinic o Gelson han fracasado en la adaptación al equipo, Lemar ha sido muy intermitente aunque a día de hoy parece un jugador todavía muy aprovechable y el cholo sigue manteniendo su fe en él. Rodrigo es la noticia positiva del curso ya que ha encajado a la perfección y se ha hecho indispensable para cada partido que ha disputado el atlético.

Con esto y con todo el proyecto atlético se mantiene, la renovación de una estrella mundial como Griezmann el año pasado, unida a la posible renovación de Oblak y con Saúl, Koke y Rodrigo con contratos de larga duración, la base parece sólida para no temer por una reconstrucción del equipo. La única duda es la continuidad de Lucas, que será tratada en verano, pero Berta ya se ha estado moviendo en el mercado y la lista de centrales es larga y muy interesante, ya que también se da por hecho la marcha de Filipe y Godín del equipo.

Que la eliminación ha sido un fracaso está claro, pero que el proyecto esté acabado no está tan claro. Ha sido una mala temporada donde la planificación no ha sido buena, se debe revisar la pretemporada realizada ya que la cantidad de lesiones musculares ha sido alarmante y ahora sólo toca luchar por recortar esos siete puntos sobre el líder Barcelona y esperar que la Champions le distraiga del torneo de la regularidad y aprovechar los puntos que pierdan los blaugrana.