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Sorteo desigual

El sorteo de la Champions celebrado ayer en Niza deparó dos cuadros muy diferentes, dejando un lado donde se enfrentan las mayores potencias de Europa, y el otro lado con los grandes outsiders de la competición. Lo más probable será unos cuartos de final Barcelona Bayern de Múnich y Juventus Manchester City/Real Madrid (no tengo muy claro todavía quién se va a clasificar finalmente en esta eliminatoria, aunque el City es claro favorito nunca daría por muerto al Madrid), unos duelos descomunales y que los ganadores se enfrentarán entre ellos en semifinales, casi nada. Ese lado gasta nada menos que 26 Champions entre todos sus equipos, dejando claro el poderío de ese lado del sorteo y los duelos tan intensos e igualados que se van a vivir.

Pero el otro lado del cuadro no va a ser menos interesante, es cierto que los duelos de cuartos a priori son los más flojos, con un Atléico Leipzig (que no contará con su estrella Werner, recién fichado por el Chelsea) donde los madrileños son muy favoritos y el Atalanta PSG que promete ser un duelo de ataque total, con la mejor delantera de Europa contra el equipo más prolífico de cara al gol. Pero unas semifinales entre Atlético y PSG promete ser un partido de verdadera altura y con nada que envidiar ya al otro cuadro. Es la mejor oportunidad que puede tener el Atlético para poder llegar a su objetivo de conquistar la primera orejona de su historia, tiene el cuadro que seguramente hubiera elegido al principio del sorteo y en un partido único es uno de los rivales más incómodos de Europa, por no decir el más.

Otro gran aliciente de este sorteo es que si se clasifican, se puede dar un Madrid Barcelona en semifinales de Champions, aunque ninguno de los dos llega como favorito para clasificarse hasta una ronda tan avanzada, los máximos favoritos del torneo a día de hoy por estado de forma y por cómo han vuelto del parón son Juventus y Bayern, que serán los previsibles rivales de ambos españoles en unos cuartos de final durísimos. Veremos también el nivel del PSG y cómo vulve ya que ellos no van a tener ningún partido de liga ya que fue suspendida y retomar el nivel competitivo de golpe es algo no muy sencillo, por mucho que se monten entrenamientos y amistosos intensos. Preciosa Champions para un Agosto que promete emociones de verdad.

La Lazio se desfonda

La vuelta de la Serie A ha resultado decepcionante en cuanto a emoción por el scudetto ya que el máximo perseguidor de la Juventus, la Lazio, ha vuelto muy flojo del parón y ha visto como ya la Juventus prácticamente ha sentenciado el campeonato y no ven peligrar la segunda posición porque el Inter de Milán está igual de mal que los capitalinos. Una pena después de que los romanistas hicieran dos tercios de campeonato brillante, llegando a ir varias jornadas finales líderes incluso, con un Inmobile descomunal que era candidato a la bota de Oro pero que ha visto como Lewandoswski se ha desmarcado también en ese galardón.

El conjunto entrenado por Inzhagi ha desplegado un fútbol de contrataque brillante durante casi todo el campeonato, pero ahora con las rotaciones obligadas por la acumulación de partidos y el frenazo de jugadores enrachados como el propio Inmobile, Luis Alberto o Correa, son un conjunto que no domina los partidos y que ha sido superado en prácticamente todos los partidos tras la vuelta del parón. La última fue la derrota por 0-3 frente a un Milán que lo superó cómodamente sin desplegar un gran partido. Sólo siendo serio y aprovechando sus oportunidades.

Aún con este final de temporada el balance para la Lazio es más que positivo, volverán con seguridad a la Champions del año que viene y pueden comenzar un proyecto sólido y fuerte si retocan bien y con ojo la plantilla que tienen y son capaces de no desprenderse de sus estrellas. El serbio Milinkovick Savic parece que ha perdido un poco de cartel y valor de mercado y ya no es tan descabellado que continúe en el Olímpico. Y el resto de la plantilla de momento no parece tener ofertas que hagan pensar en una desbandada general del equipo que haga peligrar este proyecto.

Cambiar Dinámica

El Atlético de Madrid se disputa hoy en el nuevo Sadar más de tres puntos. Se juega dar un puñetazo sobre la mesa y quitarse la espina de 6 meses sin ganar fuera de casa. La última fue en el Benito Villamarín y fue la última de las únicas tres cosechadas por los de Simeone, un bagaje muy pobre para un equipo que quiere estar entre los cuatro primeros.

Y Osasuna no es un rival propicio, el año de la liga ya endosó a los rojiblancos en su campo un doloroso 3-0, pese que luego acabarían bajando a segunda, pero no es un campo donde el Atlético haya cosechado muchos triunfos y donde siempre ha sufrido como visitante. Hoy además va con la obligación de ganar sabiendo que el Sevilla y el Getafe han pinchado esta jornada haciendo casi bueno el empate cosechado en San Mamés en l primera jornada de la reanudación de la competición.

Simeone recupera además al sancionado y a la vez lesionado Joao Félix, que liderará una batuta de cambios en el once donde destaca la inclusión en las bandas de Lemar y Correa, lo que hará del Atlético un equipo muy ofensivo que irá a por la victoria desde el primer minuto. Sabiendo que ganando hoy y que la próxima jornada Sevilla y Real Sociedad reciben a Barcelona y Real Madrid respectivamente, es el momento de dar el puñetazo sobre la mesa para llegar incluso a la tercera plaza. Pero todo pasa por ganar hoy que no será sencillo visto los problemas de juego y gol que arrastran los Atléticos desde el principio del campeonato.

Mal perder del Liverpool

Han pasado más de dos meses de la histórica eliminación del Liverpool a manos del Atlético de Madrid y todavía colean quejas y desprestigios hacia ese partido por parte del entorno red. Si ya fue el propio Jürgen Klopp el que estuvo más de dos semanas hablando y desprestigiando a los colchoneros, pese a no ser un técnico que haga este tipo de declaraciones, después fueron ex jugadores reds los que trataron de quitar importancia y méritos al conjunto rojiblanco que recordemos al final venció en ambos partidos.

Lo último ha sido un informe revelado en el periódico The Times donde se achaca al partido de fútbol la muerte de 41 personas por culpa del coronavirus, ya lo último que faltaba por escuchar. Acusan al Atlético indirectamente de esta desgracia cuando su propio líder del gobierno no tomó ninguna medida aludiendo a que en Gran Bretaña el virus no llegaba, hasta que finalmente cayó contagiado. Me parece una manera muy vil y rastrera por parte del periódico inglés de comentar esta situación, ya que ha habido partidos de mucho mayor riesgos como el Atalanta-Valencia con saldo mucho más desfavorable.

Sea como fuere el Liverpool está eliminado de la Champions cuando se creía máximo favorito, fue vencido por un equipo que nadie contaba con él en la eliminatoria y no ha sabido asumir con la elegancia que siempre ha caracterizado a este club la derrota. Ni los propios jugadores ni su entrenador (a excepción del guardameta Adrián) han sabido reconocer el trabajo realizado por el equipo de Simeone, mucho menos vistoso y mucho más rudo, pero tremendamente efectivo vista la eliminación red. El Liverpool debería asumir su derrota y centrarse en una Premier que tiene ya prácticamente encarrilada, y que supondría su primera con este nuevo formato. Está claro que haber tirado las dos Copas reservando a sus jugadores para la Champions no le ha salido bien a Klopp y quiere desviar la atención de esta manera.

Payasada injustificada

Nadie que hubiera visto el partido completo de anoche en el Allianz Stadium podría explicar cómo el Manchester United de Mourinho se llevó la victoria sobre la Juventus en el partido de Champions. El equipo inglés fue vapuleado futbolísticamente por la Juventus, que estrelló dos balones a la madera, y que se puso incluso por delante en el marcador. Tuvo el equipo italiano todo el partido controlado, el United no inquietó en ningún momento la portería de Scézcny, y parecía que el pleno de victorias en esta fase de grupos para los de Allegri era segura cuando Cristiano conectó esa bolea espectacular en la red de De Gea, que ya oficialmente va a tener pesadillas con el portugués tras el hat trick que recibió en el Mundial por parte del luso.

El United realizó un partido pésimo, es un equipo sin idea, plano, casi primitivo que no tiene la más mínima creatividad para enlazar tres pases consecutivos, sólo fía todo su fútbol a pelotazos y luchar los rechaces de los mismos, algo que es ridículo teniendo el cuenta el nivel de la plantilla y el desembolso realizado en esta plantilla. Mourinho además vuelve a salvar otro match ball para su despido gracias a este incomprensible resultado, en el que además se dio el lujo de desafiar a la incrédula afición rival poniéndose la mano en el oído en un gesto chulesco y totalmente innecesario para un partido en el que no hubo bronca en ningún momento tanto en la ida como en la vuelta.

Pero el portugués siempre tiene que poner su guinda incluso cuando pese a su estilo y su fútbol soporífero el resultado milagrosamente le sonríe, e incluso la clasificación para los octavos parece más factible que nunca para los diablos rojos, que con la derrota en su estadio se habían complicado sobremanera, pero que salen muy reforzados de este inmerecido resultado. Es cómico ver como un entrenador es víctima de sí mismo y de su ego, y lo de Mourinho es algo nunca visto, el personaje ha devorado al propio entrenador que está en un estado permanente de nerviosismo y provocación que hace que todo su equipo esté en su contra. Una situación absolutamente surrealista.

Duelo fraticida

El Liverpool se complicó anoche sobremanera en el pequeño Maracaná de Belgrado la clasificación para los octavos de la Champions League de este año cuando defiende su condición de subcampeón del año pasado. Salió dormido y cuando se quiso dar cuenta perdía 2-0 y tenía en frente un rival que no concedió una sola ocasión clara a los red en todo el partido. Sturridge en lugar de Firmino y la entrada en el once de Lallana, deplazando a Wijnaldum al medio centro dejando a Fabinho en el banco fueron lapidarios para los de Klopp que perdieron una oportunidad preciosa de dejar casi sellada la clasificación, pero que sin embargo ahora ven como tienen dos duelos a muerte por pasar a la siguiente fase ante PSG en París y ante el Nápoles en Anfield. El juego fue malo y el juego de Salah es cada vez menos participativo en el Liverpool, que ve como su estrella del año pasado está a un nivel demasiado bajo. Mané y Firmino desplazados a las bandas en la segunda aprte no fueron tan decisivos como acostumbran, auqnue la entrada del brasileño en el segundo tiempo hizo que el Liverpool dominara mucho más en tres cuarts de campo y favoreció con su juego entre líneas las incorporaciones constantes de Robertson.

El empate entre el Nápoles y el PSG deja el grupo con opciones para todos ya que tanto Nápoles como Liverpool están en cabeza con 6 puntos y el PSG y el Estrella Roja les siguen de cerca con cinco y cuatro puntos respectivamente. Uno de los tres favoritos quedará fuera y ahora mismo sería el PSG, lo que sería un duro batacazo para el proyecto de Neymar y Mbappé. La próxima jornada será clave ya que el Nápoles con una victoria estaría clasificado automáticamente si el PSG no gana al Liverpool, por lo que ese duelo en el Estadio de los Príncipes va a ser una final en toda regla, por los equipos que la disputan y por lo mucho que se juegan, ya que los problemas del fair play financiero se agravarían sobremanera para el PSG sin los ingresos de clasificarse para octavos. El jeque, que anda mosca tras las filtraciones de la web footbal leaks en las que se aseguraba que la UEFA habría tapado sus dopajes financieros, tendría serios problemas de retener a sus estrellas este verano si el proyecto vuelve a fracasar antes incluso de la decepción que supuso el año pasado y gracias, ya que hay que recordar que en el duelo ante los italianos Di María evitó el desastre al anotar el empate en el último minuto lo que podría haber dejado una situación incluso más complicada que la de ahora.

El Tottenham tiene sombra

Tras la victoria en Stamford Bridge de hace unas semanas parecía que el Tottenham dejaba sentenciada la cuarta plaza que da acceso a la Champions League en detrimento del Chelsea. Con la victoria cogía un colchón de siete puntos sobre los vecinos del sur de Londres que parecía definitivo. Pero su tropiezo entre semana ante el Brighton, unido a los malos momentos que ha ido atravesando el equipo han hecho que los de Conte se coloquen a cinco puntos de nuevo y estén al acecho de esa cuarta plaza.

Parece complicado que la pierda, pero el Tottenham no es un equipo que soporte bien la presión, y no está terminando bien además la temporada. Su eliminación ante la Juventus supuso un fuerte mazazo y a partir de ahí salvo la gran victoria en el derbi no han levantado cabeza. La vuelta de Lamela además ha desplazado al jugador más en forma del equipo, el coreano Son, al banquillo incomprensiblemente, y el equipo se ha resentido, merced también a la floja temporada que ha realizado la estrella Dele Alli (aunque fue autor de dos de los goles en Stamford Bridge).

Pochettino tendrá que controlar las últimas jornadas de su equipo para no perder esa preciada cuarta plaza, ya que el futuro del equipo, unido a que el año que viene estrenarán su nuevo estadio (han estado toda la temporada jugando a préstamo en Wembley) dependen de jugar la Champions League el año que viene. Si quieren retener a Harry Kane y Dele Alli deberán aguantar las últimas jornadas la persecución de un Chelsea que va a ir con todo a por la cuarta plaza.

Klopp ya lo ha vivido

El Lverpool tratará de defender la amplia renta que sacó de Anfield al ganar por 3-0 al City de Guardiola tras una primera parte excelsa. Pero aún así, el City, no se da por vencido e intentará dar la vuelta a la eliminatoria y empezar a escribir así alguna página histótrica en la Champions, competición en la que salvo las semifinales de 2016 (donde no dieron la talla en ningún momento de la eliminatoria) no han realizado nada reseñable.

Pero esta situación no es nueva para Klopp, que ya vivió algo parecido en 2013 cuando, con el Dortmund al mando, le metió 4-1 al Real Madrid en el Signal Iduna Park y le tocó venir al Santiago Bernabéu a sobrevivir al vendaval blanco. El partido se saldó con una insuficiente victoria blanca por 2-0 (los dos goles llegaron muy al final del partido) que daba el acceso a Klopp a la final de la Champions.

Por tanto sabe lo que le espera, ni el City es el Madrid, ni el Etihad es el Bernabéu, pero tras la derrota de la ida y la decepción de la derrota en el derbi el sábado ante el United que le privó de celebrar ante su afición el título de Premier League, el City es un equipo herido y saldrá con todo desde el comienzo. Guardiola debe plantear un partido loco casi suicida y procurar minimizar las contras del Liverpool (que es su especialidad) ya que un gol red le obligaría a meter cinco a los sky blues para clasificarse. Klopp consciente de eso jugará con ese factor, ya con Salah recuperado y con Mané y Firmino dosificados el sábado ante el Everton, sabe que muy difícilmente se quedará con la puerta a cero. Preciosa la vuelta en las islas.

Posesión mejor que goles

Después de la exhibición de fútbol total que desplegó el Liverpool anoche, en especial en la primera parte, ante el Manchester City, todos esperábamos con impaciencia las declaraciones de un Guardiola que se vio superado en todo de nuevo por Klopp. Y otra vez más el de santpedor buscó excusas sin fundamento para justificar su pobre planteamiento y su más que discutible decisión de introducir a Laporte y jugar con doble pivote.

En rueda de prensa comentó que el Liverpool llegó tres veces y anotó tres goles, cuando en la primera parte la goleada pudo ser escandalosa, las llegadas del Liverpool se repetían sin cesar y ya en la segunda parte y con la lesión de Salah, jugó con el resultado favorable. Para Guardiola lo más importante fue que su equipo tuvo la posesión, aunque su equipo no disparar ni una sola vez a puerta en los noventa minutos, para él marcar es lo de menos, lo importantes es tener el balón, aunque sean posesiones eternas y sin peligro.

Klopp, volvió a plantearle un partido de alto voltaje, con una presión arriba asfixiante, y con una intensidad que hace tiempo no se veía en Anfield, para ir ya tres a cero antes de la media hora de juego. Un auténtico baño de juego y fútbol que Guardiola, con el mayor presupuesto jamás visto en una plantilla de fútbol, no supo contrarrestar lo más mínimo. Cierto es también que una de las últimas jugadas fue un gol dudosamente anulado a un Gabriel Jesús al que el partido le vino excesivamente grande. Otro nuevo patinazo en partido importante de Champiosn para Guardiola, que sigue sin dar con la tecla cuando no cuenta con Leo Messi en sus filas.

Klopp, la china en el zapato de Guardiola

Anfield, el mítico estadio red, será testigo esta noche de el partidazo con sabor a Premier de los cuartos de final de la Champions League entre Liverpool y Manchester City. Dos de los mejores entrenadores mano a mano en un duelo que promete muchas ocasiones de gol y mucho espectáculo, y en le que se da la extraña circunstancia de que Guardiola se enfrenta al único técnico contra el que tiene balance negativo en sus enfrentamientos directos.

Lo que está haciendo Klopp con el Liverpool es impresionante, se ha sobrepuesto a la marcha de Coutinho, se ha sacado de la chistera el excelso rendimiento de Salah y además ha sido el único conjunto de la Premier que ha conseguido ganar al conjunto citizen. Y todo ello con un fútbol total, con ataques constantes y una presión en la salida de balón asfixiante, que les permite atacar con asiduidad la portería rival.

Ambos se conocen a la perfección desde sus tiempos en la Bundesliga, donde Klopp ya le ganó las dos Supercopas que se disputaron, y ahora en sus enfrentamientos en la Premier. El balance es de seis vicotiras para el alemán, cinco para el catalán y un empate. Nadie puede presumir de esos números ante Guardiola que ya sabe lo que le va a esperar esta noche. Un equipo efervescente y una afición que presiona como ninguna. Partidazo con sabor inglés.